Mi deseo son dos camas separadas 41
El incidente del secuestro de la reina (3)
Traducción Coreano-Español: Asure
El rey preguntó con una mirada fría:
—¿Pruebas de que mi reina es una maga?
Bajo esa mirada helada que le erizó la espalda, Boris sacó un revólver roto de su bolsillo.
—Este artefacto mágico estaba en la escena. Aunque ya fue vendido, originalmente pertenecía a la Torre de Magia, así que lo recuperé. ¡De cualquier manera, es evidente! El rastro de energía mágica que siento en la reina coincide con el rastro que queda en este revólver roto. ¡Sin duda, la reina usó este artefacto mágico con su poder!
—¿Cómo puedo creer eso? ¿No eres tú el único que sabe eso?
A pesar de la explicación entusiasta de Boris, el rey parecía escéptico. Boris, desconcertado, intentó explicar con todo su fervor.
—Es cierto. Pero cualquier mago que investigue esta situación estaría de acuerdo conmigo. ¡Además, este es el artefacto que la reina compró en una tienda de objetos mágicos hace un tiempo! ¡Hay registros de la venta, así que puedo probarlo!
—Entonces, por ahora, solo tú lo sabes.
—Sí, eso es. ¡No, Su Majestad! ¿Acaso duda de mis palabras, siendo yo un miembro de la Torre de Magia? ¡No habrá olvidado la alianza entre la Torre de Magia y Semelé, ¿verdad?!
Boris frunció el ceño con sospecha al tener un pensamiento repentino.
Espera, ¿por qué no parece contento de que haya encontrado a una nueva maga? ¿Acaso el rey de Semelé ha olvidado los términos del contrato?
Boris, un mago que había pasado toda su vida investigando dentro de la Torre de Magia, tembló de preocupación y abrió la boca.
—Su Majestad, el Señor de la Torre de Magia recibió su sello en el documento de cooperación para la búsqueda y convocatoria. ¡Usted mismo permitió alegremente la convocatoria de cualquier mago, sin importar su estatus!
—Así fue.
El rey parpadeó con sus ojos azules y respondió obedientemente.
—Uf. Yo pensé... ejem, ejem. Dado que Su Majestad prometió personalmente la convocatoria, debe cumplirla.
—Cierto. Puedes llevártela.
Uf, casi regreso con las manos vacías y termino como esclavo en una mina de piedras mágicas. Finalmente, Boris soltó un suspiro de alivio.
—Pero.
Y entonces, las siguientes palabras lo dejaron boquiabierto.
—No puedes llevarte a mi reina.
—¿Qué?
Boris se levantó de un salto, indignado. ¡Esto es como decir que si yo lo hago es romance, pero si otro lo hace es adulterio!
—¿Acaso el rey de Semelé está traicionando el contrato con la Torre de Magia?!
—Dije que entregaría a los magos, pero nunca dije que entregaría a mi reina.
El rey habló con una mirada fría y arrogante. Boris tembló y tomó una decisión desesperada.
—¡Eso no es posible! ¡Usted mismo permitió que cualquier mago, ya sea plebeyo o noble, joven o adulto, fuera llevado a la Torre de Magia! ¡Informaré de esto al Señor de la Torre de Magia de inmediato!
Boris, un novato en el mundo secular lleno de sentido de justicia, gritó.
Pero tan pronto como terminó de hablar, el rey extendió el brazo y tiró de la cuerda de la campana. El sonido de la campana llenó la habitación.
—¿Qué?
Boris, que había estado emocionado lanzando proclamas torpes, se detuvo. Y en ese momento, la puerta se abrió de golpe y los caballeros entraron en tropel.
—¿Qué está pasando...? ¡Ah!
En un instante, Boris fue atado firmemente con cuerdas y levantado como un fardo por los caballeros.
Intentó usar magia, pero, para su sorpresa, le colgaron una esfera que limitaba su poder mágico, haciendo que su energía se dispersara una y otra vez. Era un dispositivo de restricción suministrado por la Torre de Magia a los palacios reales para defenderse de intrusos, era efectivo contra magos de bajo nivel como Boris.
—¡Su, Su Majestad! ¡Por favor, suélteme!
—Llévenselo.
—¡Sí, Su Majestad!
En un instante, los caballeros salieron en tropel. Endymión observó cómo los guardias reales se llevaban a Boris y luego bajó el dosel de la cama.
—Julia.
No hubo respuesta. Cuando la fina cortina separó el interior y el exterior de la cama, Endymión se inclinó lentamente.
El frío de su piel y su rostro pálido tocaron sus dedos.
—.......
La expresión altiva del rey se ensombreció. Pero Endymión no lo mostró y besó suavemente la frente de Julia.
Tap.
Y entonces, los aposentos de la reina cayeron en un silencio profundo.
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—Ugh.
Boris frotó su trasero y frunció el ceño. Los caballeros lo habían arrojado con tal brutalidad que, aunque el sofá era de terciopelo suave y lujoso, aún le dolía.
—¿Qué clase de...?
La cuerda que lo ataba no mostraba señales de aflojarse. Boris abandonó la resistencia y se recostó en el sofá.
Se distrajo. En lugar de hablar sin cesar, debería haberlo convencido según el manual.
‘¿Quién iba a imaginar que rechazaría de esta manera?’
Boris, reflexionando sobre su primer fracaso con desagrado, murmuró.
Había pocos casos en los que un mago rechazara una convocatoria a la Torre de Magia. No, ocurría tal vez una vez cada cien años, cuando eso sucedía, se publicaba en los archivos.
Además, el rey de Semele había aceptado gustosamente la solicitud de colaboración de la Torre de Magia. Por lo tanto, pensó que la reina también lo aceptaría sin problemas.
‘Bueno, si es así, pasaré al siguiente plan’
Seguramente, siendo la reina, esperaría algo más a cambio, ¿no? Boris comenzó a pensar rápidamente.
Los magos, desde pequeños, se separaban de sus padres y hermanos, sin ningún tipo de vínculo afectivo, dedicándose únicamente a la investigación mágica. Aunque tenían un sentido de pertenencia a la Torre de Magia, los compañeros no eran más que compañeros.
Se mantenían aislados en sus laboratorios desde la infancia hasta la vejez, además, en la Torre de Magia estaba prohibido compartir emociones o establecer relaciones personales. Se decía que si te entregabas a otros, controlar la magia se volvía más difícil.
Por lo tanto, los lazos familiares o de amistad entre los magos solo existían en los libros.
De la misma forma, Boris no entendía el concepto de afecto, amistad o preocupación, por lo que no había comprendido lo esencial.
El hecho de que, por más que diera algo a cambio, el rey de Semele nunca enviaría a su 'esposa' a la Torre de Magia.
‘Esperen, ¿Qué debería darles?’
Boris, mientras pensaba en artefactos mágicos como pergaminos de hechizos y en ofertas favorables que la Torre de Magia podría hacer a Semele, frunció el ceño de nuevo.
‘Pero, ¿por qué mi percepción de la magia fue tan débil? La trayectoria de la magia que detecté en el jardín parecía ser de nivel intermedio…’
Boris, quien había sido convocado al caótico jardín del castillo, comenzó a pensar en cómo la Torre de Magia de la Ciudad Mystherion seguía cada objeto mágico que se vendía, para rastrear su uso.
La Torre había emitido instrucciones claras para localizar y traer a los nuevos magos con magia, por lo que Boris había sido enviado como parte de esa tarea.
‘El color de la magia es dorado. Y la trayectoria de la magia seguía un patrón constante. Si fuera de bajo nivel, habría sido solo una explosión sin dirección. Pero, dado que la trayectoria indicaba una voluntad deliberada, parece que el mago estaba controlando la magia a conciencia. Con esto, debería ser un mago de nivel intermedio. Además, si fuera de bajo nivel, no habría podido invocar una bestia mágica y no habrían quedado rastros después de su desaparición’
Aunque la magia dorada se interrumpió ocasionalmente, dejaba una cantidad significativa de información detrás.
Aunque Boris era un mago de bajo nivel, llevaba años en la Torre de Magia, por lo que tenía la habilidad suficiente para rastrear nuevos magos. No había forma de que se equivocara, sin embargo, lo que vio en la reina en la habitación le dejó confundido.
‘Si hubiera efectos secundarios, la presencia de la magia debería haber sido más obvia. La intensidad de la magia que se filtraba afuera era extrañamente tenue…’
La baja concentración de magia no cuadraba con su nivel intermedio. Las pruebas indicaban que la reina era de nivel intermedio, pero la cantidad de magia que se detectaba era mucho menor.
Por supuesto, los magos no podían identificar con precisión el poder de un mago de nivel superior. Pero incluso teniendo eso en cuenta, seguía siendo desconcertante.
‘Tiene el poder de nivel 10, pero lo que se muestra es solo un 3, como si estuviera usando magia constantemente sin descanso. No, eso sería imposible’
Para consumir magia, un mago necesita usar hechizos. Sin embargo, la reina recién despertada como maga no podría estar usando hechizos de esa manera.
Usar magia de manera continua requería pasar por un entrenamiento de aprendiz y estudiar diversas teorías y fórmulas. No había ningún mago que poseyera esa habilidad sin recibir formación en la Torre.
‘¿Es una ilusión? Hmm, tal vez me haya perdido algo. Debo investigar más a fondo…’
¡De repente!
La puerta se abrió sin previo aviso. Boris, que ya se había dejado caer en el sofá, saltó sobresaltado, intentando levantarse, pero perdió el equilibrio debido a las cuerdas que lo ataban y terminó cayendo al suelo.
—Parece cómodo.
—¡Su Majestad!
Con su vista invertida, vio acercarse al rey de Semele, Endymion. Boris intentó levantarse, luchando con sus ataduras, pero cayó de nuevo, retorciéndose hasta conseguir sentarse.
Boris, con una expresión atónita y llena de vergüenza, miró a Endymion.
—¡Su Majestad Rey de Semele! ¡Por favor, libérenme, esto es un acto que mancha el honor de la Torre de Magia!
—Verte tan alterado me hace pensar que fue una buena decisión atarte.
Endymion, sentado frente a él, miraba a Boris sin inmutarse. Boris, tratando de ocultar su furia, forzó una sonrisa.
—Jaja, jaja. ¿Alterado? No, en absoluto. ¿Cuándo lo estuve?
—Me alegra que te hayas calmado.
Endymion respondió satisfecho.
El joven se atrevía a ser tan descarado, pensó Boris mientras murmuraba en su mente, conteniendo su enojo.
Era absurdo, pero lo urgente era que él necesitaba obtener lo que quería y llevar rápidamente a la reina a la Torre de Magia.
Con una nueva estrategia de persuasión, Boris aclaró su garganta y habló.
—Eh, me temo que fui demasiado impetuoso antes, le pido disculpas, Su Majestad.
—Acepto tus disculpas.
Endymion asintió ante la disculpa educada. A pesar de ser un mago, parecía tener una mente astuta, ya que a diferencia de los nobles de pensamiento rígido, sabía cómo cambiar su postura.
Endymion lo miró con calma, Boris, sintiendo la presión, trató de continuar la conversación.
—Su Majestad, sé que esto es inesperado. Pero estamos en una situación urgente, su cooperación es vital.
Boris, que había cambiado su enfoque, habló con desesperación. Sin embargo, Endymion se cruzó de brazos, como si le importara poco.
—¿Acaso no aprobaste la solicitud de colaboración de la Torre de Magia?
Endymion adoptó una actitud que indicaba que ya había hecho su parte. Boris, incapaz de decir nada, comenzó a hablar con más prisa.
—¿No ha recibido información del Maestro de la Torre sobre la inestabilidad de la magia en el continente? El equilibrio mágico es fundamental para la estabilidad de este mundo. Incluso el gran reino de Semele tiene que ser responsable junto con la Torre de Magia…
—Esa responsabilidad le corresponde a la Torre de Magia. Si hubieran gestionado bien la situación, esto no habría ocurrido. ¿Por qué Semele debería compartir esa responsabilidad?
Endymion interrumpió fríamente. Boris mordió su labio, luego hizo un gesto de desesperación y se acercó a él.
—¡No es culpa de la Torre! El Maestro de la Torre siempre ha cumplido con su deber, pero recientemente se ha detectado magia no identificada que está alterando el equilibrio. Parece que ha surgido una fuerza rebelde contra la Torre.
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