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Hombres del Harén 380
Mientras tanto
Los rostros de los congregados ante la designación de 'mocoso' se tornaron pensativos.
"¡Majestad!"
"¡Majestad!"
"¡Quién es!"
Gritaron furiosos los soldados y cortesanos que se habían reunido.
Algunos de ellos sacaron nerviosamente sus armas mientras el misterioso hombre que había aparecido de la nada, que acababa de someter al monstruo, le contestaba al emperador.
"¿Quién eres?"
preguntó Hyacinth sin envainar la espada. Pero en lugar de responder, el hombre de pelo blanco preguntó.
"¿No es Aga el Emperador?"
El misterioso hombre le estaba llamando 'Aga' aun sabiendo que era el Emperador.
Asure: En Corea, existen 2 formas de llamar 'bebé' a una persona, una es de manera natural 아기 (Agi), y otra de forma despectiva 아가 (Aga)
La flagrante falta de respeto puso a todos más nerviosos, pero la presencia del monstruo en manos del hombre de pelo blanco era demasiado grande para que se atrevieran a atacar.
Si el hombre de pelo blanco le quitaba las manos de encima al monstruo ahora mismo, esta vez el monstruo se desbocaría.
"Louise ...... qué demonios......."
El murmullo desesperado de una de las criadas, que había acudido a ver qué ocurría, puso aún más nerviosos a los cortesanos.
"Si estás buscando al Emperador de Carissen, entonces tengo razón"
respondió Hyacinth con calma, luego preguntó.
"Has venido por mí"
El hombre de pelo blanco sonrió satisfecho y soltó a la criatura.
"No. Emperatriz Aini"
"¡Uh-uh-uh!"
se oyó una exclamación sobresaltada en cuanto el peliblanco soltó a la criatura, pero por suerte no se levantó y echó a correr.
La persona peliblanca miró a la criatura con cara de Louise y luego giró hacia Hyacinth.
"¿Dónde está?"
¿Por qué iba a buscar a la Emperatriz? Hyacinth se quedó perplejo, pero respondió con sinceridad.
"Si es la Emperatriz, la estamos buscando ahora mismo. Ha desaparecido"
"¿En serio?"
"Sí"
"Bien. Entonces búsquenla"
Los soldados volvieron a estremecerse cuando el hombre de pelo blanco se apoyó en la pared e hizo un gesto como si quisiera verlos buscar.
Algunos de los soldados más impacientes parecían dispuestos a abalanzarse sobre el peliblanco de inmediato, pero Hyacinth sacudió la cabeza para detenerlos.
Sabía que el peliblanco no tenía ninguna animadversión inmediata hacia ellos, ninguna intención de atacar, era muy fuerte.
No tenía sentido hacer un primer movimiento; técnicamente, era un error irrumpir en el palacio de otra persona, pero él había acudido en su rescate.
"Sigan buscando"
A la orden de Hyacinth, los soldados volvieron a entrar en la dependencia, entrecerrando los ojos ante la figura monstruosa de Louise y el de pelo blanco.
Al ver la escena, Hyacinth giró hacia el hombre de pelo blanco.
"¿Sabe por casualidad qué le ha pasado a Louise?"
"¿Quién es Louise?"
"Esa criada de...... es la que presionaste"
"Acabo de llegar. ¿Lo sabías?"
Hyacinth asintió y volvió a mirar hacia las dependencias, esta vez a su ayudante.
"Tráeme a esos soldados que fueron a las dependencias con Louise"
Un momento después, tres soldados de rostro oscuro fueron traídos por los demás. Todos parecían aterrorizados.
Hyacinth los miró fríamente, luego se cubrió los ojos con la mano y preguntó.
"He oído que has venido por aquí con Louise"
"Sí, Majestad"
"La Emperatriz escondió algo aquí, por eso te presentaste tarde. Si entró y no salió, ¿por qué no la buscaste?"
"Fui porque oí la voz de la Srta. Louise al otro lado de la puerta diciéndome que volviera"
"¿Y le creíste? ¿Mostró su cara?"
"No mostró su rostro, pero...... lo había hecho un par de veces antes, así que supuse que era otro de esos casos"
"¿Qué podría esconder aquí la Emperatriz para callarse en circunstancias tan sospechosas?"
Como la respuesta no llegó de inmediato, Hyacinth retiró la mano del rabillo del ojo y miró a los soldados. Ellos le devolvieron la mirada, incapaces de responder.
"No lo sé"
"No lo sabes"
respondió Hyacinth con frialdad, justo cuando los soldados que habían entrado en la dependencia se acercaban, cargados con varios objetos cuidadosamente.
Mientras Hyacinth miraba fijamente, el más alto de ellos mostró lo que llevaba en la mano y dijo
"Majestad, el sótano estaba lleno de estos objetos sospechosos. No había nadie dentro"
Frascos de líquidos de todos los colores, frascos de gusanos, frascos de dedos, frascos de partes de animales muertos, etcétera. Todo lo que traían los soldados era horripilante a la vista.
Los cortesanos que observaban soltaron un gritito.
"¿No es esto magia negra?"
"Parece magia negra"
"Su Majestad, es magia negra"
Hyacinth miró a los soldados que habían actuado con Louise.
Los soldados parecían pensativos, intercambiando miradas entre ellos, y entonces habló.
"Majestad, no sabemos exactamente qué hicieron dentro"
"Nunca he estado dentro"
"Majestad, la Emperatriz dijo que nunca hablara, así que sólo me he acercado de vez en cuando"
Hyacinth miró a un lado y a otro entre los extraños objetos y los tres escoltas de la Emperatriz y suspiró.
Bueno. Si ocultaba algo así, querría mantenerlo lo más secreto posible. Quizá no se lo dijo a los soldados.
El secretario preguntó con cautela.
"¿Podría la Emperatriz haber estado albergando a un brujo?"
La multitud murmuró, cada uno escupiendo la palabra 'brujo'
"Su Majestad es la Adversario, así que ¿por qué escondería a un brujo, incluso en medio de un palacio como este?"
"Usted no es el Adversario......."
"Tener un brujo delante de tus narices y no saberlo. Es terrible"
Los cortesanos estaban tan sorprendidos, que su charla podía ser oída débilmente incluso por Hyacinth.
Entonces. La persona de pelo blanco que había estado observando todo el asunto irrumpió alegremente.
"Emperatriz Aini es, en efecto, la Adversario, por eso he venido a verla"
Los cotillas volvieron a centrar su atención en la persona de pelo blanco, que se había distraído momentáneamente con la parafernalia de magia negra.
Hyacinth también miró al peliblanco.
"¿Cómo lo sabes?".
El hombre de pelo blanco sonrió y tendió una mano a Hyacinth.
"Porque soy el Maestro del Adversario. Llámame Girgol, Alteza"
Hyacinth no cogió la mano, sino que la miró fijamente. En cambio, uno de los soldados que había seguido a Louise hasta las dependencias lo llamó.
"¡Ah, es él, Majestad, el vampiro que visitó antes a la Emperatriz!"
Al oírlo, varios de los soldados que buscaban se unieron.
"Majestad, este es el vampiro que la Emperatriz nos pidió capturar antes"
"Sí, lo recuerdo, se me pasó entonces......."
"¿Un vampiro?"
murmuró Hyacinth, Girgol sonrió irónicamente.
"Los simples mortales no llegan a enseñar al Adversario durante generaciones"
preguntó Hyacinth sombríamente.
"Podrías haber atacado a la Emperatriz"
Girgol no respondió, sino que dio un codazo con el dedo a una criatura cercana. La criatura se volvió salvaje al instante y comenzó a alborotar.
Cuando algunos soldados se abalanzaron sobre ella, sólo para ser rechazados por sus patas, Hyacinth le corrigió.
"Confío en ti"
Girgol se acercó de nuevo a la criatura y la inmovilizó contra el suelo.
La criatura forcejeó un par de veces, pero Girgol se rió y siguió presionando, finalmente se enroscó en una bola muerta.
Hyacinth miró la cara de la criatura con incredulidad, luego preguntó.
"¿No podemos hacer que vuelva a la normalidad? Ha estado entrando y saliendo de las dependencias, estoy seguro de que podrá contarnos todo tipo de cosas si despierta"
"No sé nada de magia negra"
"......Okay"
Qué demonios está pasando en mitad de la noche, se preguntó Hyacinth. De repente, la Emperatriz había desaparecido, Louise era un monstruo, la Emperatriz albergaba a un brujo.
"Enciérrenlo en las mazmorras"
Después de todo, no podían matar de inmediato al monstruo en que se había convertido Louise, por si acaso.
Los soldados acudieron a su lado, pareciendo muy reacios a las órdenes de Hyacinth.
"Será mejor que lleves el amuleto del Sumo Sacerdote o algo así, sólo se comporta gracias a mí. Volverá a ser salvaje si va a otro sitio"
Siguiendo el consejo de Girgol, Hyacinth tendió primero su propio amuleto.
"Ponlo"
Le colocó el amuleto y Louise se calmó de inmediato.
Mientras los soldados arrastraban al monstruo, Hyacinth giró hacia su secretario.
"Creo que la Emperatriz ha sido secuestrada por el brujo a su servicio. Anuncia públicamente que la Emperatriz ha sido secuestrada y ponla en fuga"
"Sí, Majestad"
Mientras el secretario salía corriendo, Hyacinth giró hacia Girgol, esta vez mirándolo.
"No sé si realmente eres el Maestro del Adversario, pero como puedes ver, la Emperatriz se ha ido"
Girgol sonrió divertido. Girgol había venido a entrenar primero al otro Adversaria, ya que la salida fácil parecía poco probable, era interesante que ella también hubiera desaparecido.
¿Acaso Anya Domis ya ha atacado, o es obra de algún brujo que quiere llegar hasta ella? ¿O está pasando algo más......?
"¿Qué vas a hacer?"
Hyacinth preguntó de nuevo, Girgol sonrió con satisfacción.
"Me gustaría que tomara la Gran Espada del Adversario"
"¿Por qué la Gran Espada del Adversario?"
"Porque es peligrosa en manos del Lord, quiero quedármela para mí. El dueño de la espada ha desaparecido de todos modos"
"Aún no estoy seguro de si eres el verdadero Maestro o no. ¿Cómo puedo confiarte la espada?"
"Si tienes dudas sobre mi identidad, pregunta a Latil en Tarium, querido"
"¿Latil?"
"Está casado conmigo"
"¿Qué quieres decir .......?"
"¿Ves esto?"
Girgol mostró de repente el dorso de su mano. Hyacinth frunció el ceño desconcertado al ver un gran anillo en el dedo de Girgol.
Girgol rió entre dientes, besó el anillo y desapareció de su vista en un instante.
La rapidez de su acción hizo que algunos soldados se quedaran paralizados por la sorpresa.
"¿Podría ser realmente el Maestro del Adversario, Majestad?"
preguntó estupefacto otro ayudante. Hyacinth negó con la cabeza.
"No lo sé. Pero desde luego es diferente de los vampiros y los zombis que lo precedieron"
"Me pregunto qué pretendía la Emperatriz"
"No lo sé. Incluso si todo lo que dice el autor es cierto, no veo por qué la Emperatriz escondería a un brujo"
Hyacinth dio a su secretario unas cuantas tareas más para repartir, luego se dio la vuelta para ir a su propio despacho, impacientándose cada vez más.
"Revisaré los aposentos de la Emperatriz"
No le gustaba la idea de registrar las habitaciones de otras personas, pero tal vez los aposentos de la Emperatriz pudieran contener la respuesta a esto.
Las siervas y escoltas de la Emperatriz abrieron la puerta al oír su gesto.
Hyacinth caminó con pasos pesados por el salón hasta el dormitorio, en cuanto entró en la habitación, lo reconoció.
'¿Él?'
No había ninguna Gran Espada del Adversario ni vaina colgadas en la pared. En su lugar, había una nota en la pared.
-Me lo llevo (je je je)
Se quedó mirando con la boca abierta la nota y la ventana abierta, luego cogió la nota y se dirigió al pasillo para preguntar a los guardias de la entrada.
"¿Quién ha estado en la cámara de la Emperatriz?"
"Nadie ha entrado, Majestad. No desde que oímos la noticia de que la Emperatriz había desaparecido"
"La Gran Espada del Adversario. ¿Cuánto tiempo lleva desaparecida?"
Ante su pregunta, las criadas entraron en el dormitorio y murmuraron desconcertadas.
"¿Por qué......?"
"Estaba allí antes......."
'Debe de haberlo cogido'
La nota no mencionaba el nombre de la persona que se lo llevó, pero enseguida pensó en una persona. El peliblanco.
Hyacinth suspiró y volvió a su habitación. Cuando entró en la habitación, su heraldo personal estaba sentado ante su escritorio.
Recordando que había enviado una nota a Latil, informándole de las dos mujeres sospechosas, Hyacinth arrancó la nota de su pierna y se sentó en su silla.
Desdobló la nota y aparecieron las palabras de Latil. Efectivamente. La respuesta de Latil.
-Alguien puede estar intentando robarte la espada. Ten cuidado.
Una vena azul se levantó en la frente de Hyacinth.
"Y ese 'alguien' eres tú"
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