Jueves, 18 de Marzo del 2021

Solo en tu Corazón 89

Planes de destrucción (5)

Cuando Chizuru recobró el sentido, Exia la había agarrado por el cuello antes de que se diera cuenta. Al forzar su cuello hacia atrás, una tos escapó de su garganta.

Cuando Exia acercó sus labios a la oreja de Chizuru y susurró, su cálido aliento golpeó los oídos de Chizuru. 

"Ese hombre está en ese gran roble a tu derecha. Sabes lo que pasará si intentas alguna estupidez, ¿verdad?"

Efectivamente, había un árbol grande y denso a la derecha.

Lukrov no se movió ni un ápice y mantuvo la mirada fija en Chizuru en silencio.

Había un ejército detrás de él, puede que no fuera un ejército grande, pero era lo suficientemente grande. En comparación con el ejército de rufianes de Exia, probablemente estaban en una posición mucho más ventajosa, pero si eran lo suficientemente hábiles como para derrotar al otro ejército en un abrir y cerrar de ojos era un misterio.

En otras palabras, si se convertía en una batalla, ganarían. Pero les llevaría algún tiempo.

Las lágrimas comenzaron a acumularse en los ojos de Chizuru.

"Es cierto, Lukrov"

De alguna manera, logró una ligera sonrisa y pudo hablar en voz baja.

"Yo... estoy cansada de ti... ya he tenido suficiente.... es mucho más joven y refrescante. Te lo ruego, déjanos en paz y vete a casar con Lady Exia"

Chizuru nunca olvidaría la expresión del rostro de Lukrov en ese momento.

Parecía dolido y con el corazón roto.

Pero al mismo tiempo, había una suave sonrisa que adornaba su hermoso rostro como si mostrara alguna forma de comprensión. No era ira ni tristeza. Era simplemente un afecto y una compasión abrumadores hacia Chizuru.

Chizuru sintió como si sus dos almas se hubieran fundido en una sola.

De todas las situaciones posibles, fue en ese momento. Chizuru tuvo que herirlo con tal mentira, donde el destino los separaría, y nunca serían felices de nuevo.......

"Esta vez es verdad"

Añadió Chizuru.

Lukrov asintió y rápidamente buscó la espada detrás de él.

 

🗡️ 🗡️ 🗡️ 🗡️ 🗡️

El sonido de los cascos de los caballos atravesó el bosque y pareció sacudir la tierra, y los hombres con espadas se abalanzaron hacia adelante, lanzando gritos de guerra. El cielo parecía ir más lejos, y la tierra vibraba como si se desgarrara.

A los ojos de Chizuru, todo parecía ocurrir a cámara lenta.

Con las manos atadas, le resultaba difícil correr mientras intentaba abrirse paso entre el caos de la batalla.

A su derecha, un caballo había caído de costado, y el impacto casi la hizo volar. A pesar de ello, Chizuru recuperó desesperadamente el equilibrio y siguió corriendo.

Lukrov.

Incluso en medio de todo el caos, era fácil encontrarlo.

Podía sentirlo.

Y creyó percibir que estaba en peligro.

Lukrov blandía una espada larga de color negro rojizo, ahora empapada de sangre, y estaba masacrando a sus enemigos a caballo.

Los ojos de los hombres brillaban de forma extraña, y gritaban inquietantemente como fantasmas que se arrastran desde las profundidades del infierno.

 

"¡Lukrov!"

Chizuru gritó, y Lukrov giró la cabeza hacia ella.

Y entonces hizo lo que ningún caballero debería hacer en su vida: ....

Soltó su espada. En medio de la feroz batalla, el sonido de su espada al caer al suelo fue absorbido y se perdió entre el caos.

Extendió los brazos y, como si recogiera la arena esparcida, levantó a Chizuru sobre su caballo y la atrajo con fuerza hacia sus brazos.

"Chizuru..."

La voz apagada de Lukrov hizo cosquillas en los oídos de Chizuru.

Si sus manos estuvieran libres, le habría devuelto el abrazo. Pero lo único que pudo hacer fue mirarlo y acurrucarse contra él.

Deseó que el tiempo se detuviera aquí, así.

Cuando Chizuru levantó la vista, pudo ver un atisbo de lágrimas formándose en las esquinas de sus ojos fuertemente cerrados. 

'Ah, Lukrov, es Lukrov'

Chizuru también quería cerrar los ojos y grabar este momento en lo más profundo de su corazón.

Pero entonces, por el rabillo del ojo, vio un cegador destello de luz y vio cómo una flecha salía disparada en línea recta hacia ellos desde el gran roble de su derecha. 

La misma dirección de la que Exia le había advertido.

En ese momento, sólo había una cosa que Chizuru podía hacer.

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