LESVAC 130

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La Emperatriz se volvió a casar 130

Reina sólo ama su cuerpo



Sovieshu estaba escuchando el reporte del Marqués Karl sobre el Duque Elgy.

De acuerdo con el reporte del Marqués Karl, había muchos rumores sobre el Duque Elgy relacionados con piratas peligrosos.

Pero todos esos rumores carecían de fundamento, por lo que era difícil saber si eran simplemente falsos rumores o no.

Después de escucharlo, Sovieshu soltó una pequeña risa burlona.

"Todo el mundo sabe que las familias reales de los países marítimos están asociadas con los piratas."

Se refería al hecho de que el Duque Elgy pertenecía a la familia real del país marítimo de Bohean Azul.

"Bueno. ¿Algo más?"

"El Duque Elgy ha tenido varios escándalos amorosos en la la alta sociedad."

"¿Podría llamarse eso un rumor? Es bien conocido."

"Pero hay algo extraño."

"¿Extraño?"

"Especialmente en los escándalos amorosos más graves, parece que el Duque Elgy siempre resultó ser la víctima, por lo que la otra parte tuvo que pagar un gran precio."

"¿Un gran precio?"

"Esos detalles no se conocen porque la otra parte siempre ha permanecido en silencio, pero..."

El Marqués Karl añadió con preocupación.

"Creo que es un mal tipo en muchos sentidos. Es costumbre permitir a los invitados distinguidos quedarse si lo desean, pero ¿no sería mejor enviar fuera al Duque Elgy aunque sea inventado una excusa?"

Después de decir esto, el Marqués Karl dudó un momento antes de volver a hablar,

"El Duque Elgy tiene una relación cercana con Su Majestad la Emperatriz, y me preocupa que todas las personas con que tuvo un escándalo no terminaron bien."

***

Los hombres nobles que acudieron tras recibir la invitación enviada por Rashta quedaron impresionados.

La fiesta de té no era ninguna farsa. Las grandes mesas blancas dispuestas en el jardín de la Casa de Cristal se veían impecables, los manteles sobre las mismas reflejaban sutilmente la luz del sol, dando un aspecto un aspecto muy lujoso.

Las mesas estaban repletas de todo tipo de platos deliciosos, como crujientes galletas horneadas, frutos secos espolvoreados con chocolate, merengues de color rosa claro y amarillo claro, pudín de melocotón, entre otros. Todo estaba tan bien preparado que haría suspirar a cualquiera.

Lo único que desconcertó a los hombres de la nobleza fue que alrededor de las hermosas mesas de té sólo estaban ellos vestidos con trajes de gala. No se veía ninguna dama ni joven dama conversando alegremente alrededor de las mesas de té.

¿Vienen más tarde? ¿Se cambió la hora de la fiesta de té? ¿Llegamos demasiado pronto? Los nobles tenían varias conjeturas. Pero no mucho después apareció Rashta, y se olvidaron de sus preguntas.

Cuando Rashta apareció con un vestido púrpura oscuro y una sombrilla, los ojos de los hombres nobles brillaron. No pudieron evitar maravillarse. ¡¿Quién más podría lucir un color tan espléndido y digno con tanta pureza?!

Rashta, que estaba sola con un vestido púrpura, parecía una lila floreciendo entre la maleza.

"Bienvenidos."

Rashta sonrió con dulzura, recibiendo gentilmente a los nobles.

"Espero que todos la pasen bien."

Tras terminar sus palabras, Rashta tomó una uva de un plato y se la llevó a la boca. En un instante, los ojos de los nobles se dirigieron a la boca de Rashta.

En lugar de comerse la uva de inmediato, Rashta puso la uva redonda entre sus labios rojizos y la chupó. La uva, que revelaba en su interior un color verde claro, desapareció lentamente de sus labios. La escena despertaba pensamientos obscenos.

Los hombres nobles que observaban esto no pudieron evitar tragar saliva. Rashta dijo con una sonrisa en sus ojos, "Delicioso," y se sentó lentamente en la cabecera de su mesa.

"Siéntense todos. ¿Por qué están ahí de pie mirándome aturdidos?"

Rashta sonrió, levantando ligeramente las comisuras de su boca. Ella creía conocer bien a los hombres. Pero no sabía cómo retener su corazones seriamente.

Si lo hubiera sabido, Alan no la habría traicionado. Pero obviamente sabía cómo atraparlos en poco tiempo.

Según la experiencia de Rashta, los hombres que no pertenecían a la nobleza se sentían atraídos por las mujeres nobles. Fantaseaban con mujeres nobles, elegantes e inteligentes.

Por el contrario, los hombres nobles fantaseaban con mujeres no pertenecientes a la nobleza. Consideraban que las mujeres nobles eran esnobs y calculadoras, que las mujeres no pertenecientes a la nobleza eran las únicas que podían dar amor verdadero.

<< Nota: Esnob; persona que imita con afectación las maneras, opiniones, etc., de aquellos a quienes considera distinguidos. >>

Rashta sólo tenía que mostrarles lo que querían. 

Sin embargo, este comportamiento de Rashta no tardó en provocar malos rumores en la alta sociedad. No era raro que los hombres nobles invitaran sólo a hombres nobles a pasar el rato, y que mujeres nobles invitaran sólo a mujeres nobles a pasar el rato.

Pero invitar sólo a nobles del sexo opuesto a una fiesta de té. Algo así nunca había ocurrido en la historia del Imperio Oriental. Al menos, todos los nobles que escucharon de la 'fiesta de té para hombres' de Rashta pensaron lo mismo.

Ni siquiera los hombres nobles, que fueron invitados a la fiesta de té de Rashta y quedaron fascinados por sus encantos, se pusieron del lado de Rashta en esto.

La alta sociedad era un solo conjunto, en el que los nobles se dividían no por hombres y mujeres, sino por intereses y facciones. Las mujeres nobles excluidas por la emperatriz pertenecían a la misma familia que los hombres nobles invitados. Naturalmente, no tuvieron más remedio que ponerse del lado de su familia.

Rashta se sintió herida cuando Alan prefirió a su familia por encima del amor, y volvió a cometer el mismo error. La razón es que no podía entender del todo a las familias nobles.

Además, Rashta estaba a menudo con el Duque Elgy, lo que generó aún más sospechas sobre su comportamiento.

Entre los nobles conservadores y de mente cerrada, muchos no estaban contentos que la autentica emperatriz, Navier, haya sido desplazada por una emperatriz de origen plebeyo, de la que circulaban muchos malos rumores.

Ni siquiera se inmutaron cuando conocieron la noticia de que los Vizcondes Isqua eran los verdaderos padres de Rashta. Aunque su linaje era noble, seguían considerándola una plebeya porque había crecido como tal.

¡Pero ser emperatriz significaba reunirse con otros hombres para pasar el rato! Incluso su amigo con quien siempre andaba, era un miembro de la familia real de otro país, un reconocido playboy. Estaban enfadados porque no consideraban a Rashta apta de pertenecer a la familia imperial del Imperio Oriental.

Detrás de escena, el Marqués Farang también jugó un papel importante agitando las aguas, estaba muy enfadado porque su amigo había sido desterrado.

<< Nota: Se refiere a Koshar. >>

"¿Vizcondes Isqua? ¿No son nobles caídos de un país extranjero? ¿Los nobles caídos deben ser tratados como nobles en nuestro país? Y no sólo eso, incluso se les da un estatus respetable."

El Marqués Farang trató a los Vizcondes Isqua como una piedra rodante, instigando sutilmente a la nobleza autoritaria.

<< Nota: Una piedra rodante es parte del proverbio coreano 'Una piedra rodante desplaza de su lugar a la piedra incrustada.' >>

"Es un problema incluso si nace Su Alteza el Príncipe Heredero. No importa si se trata de una familia real extranjera o de alto estatus, ¿pero no corre por sus venas la sangre de una familia noble extranjera caída?"

Después de leer la atmósfera, el Barón Lant finalmente fue a visitar a Rashta y le aconsejó con preocupación, 

"Su Majestad. Últimamente están circulando malos rumores."

"¿Qué quieres decir con malos rumores?"

"Este..."

"¿Qué pasa? ¿Cuáles son los rumores?"

El Barón Lant no podía simplemente contar los vulgares rumores tal cual, así que le aconsejó lo más suavizado posible,

"El Duque Elgy tiene mala reputación, Su Majestad. Si se junta con él, no puede evitar que surjan comentarios vacíos al respecto. No es alguien digno de estar cerca de Su Majestad la Emperatriz del Imperio Oriental."

"¿La gente odia que Rashta se relacione con el Duque Elgy?"

"Así es. Y el hecho de que hace unos días organizara una fiesta con sólo hombres nobles..."

"Qué barbaridad."

Rashta mostró su insatisfacción cortándolo con firmeza.

"¿No es malo ver la amistad de forma extraña? Las personas que malinterpretan a los demás a su antojo son malas, las personas que son malinterpretadas sin cometer un error no son malas."

Rashta no aceptó en absoluto las palabras del Barón Lant. El Barón Lant se mostró aturdido y dijo algunas palabras más, pero al final se retiró sin conseguir nada y pidió a Sovieshu que se ocupara de esto.

Sovieshu también había escuchado rumores sobre Rashta por todas partes, así que inmediatamente aconsejó con amargura a Rashta esa noche.

"Últimamente he escuchado malos rumores sobre ti. Ten cuidado, Rashta."

Aunque Rashta se sintió agraviada, finalmente respondió "sí" con desanimo. Pero interiormente se sentía muy agraviada.

"Todo esto es culpa de esa chica maga que se encuentra en el palacio del sur."

Rashta apuntó a Evely, la supuesta concubina en el palacio del sur.

"Pero escuché que siempre está trabajando..."

"Los nobles hablan mal de Rashta porque Su Majestad protege y cuida de esa chica. Todo se acabaría si Su Majestad les ordenara severamente dejar de decir tales tonterías."

La Vizcondesa Verdi pensó que la conclusión de Rashta era un poco extraña, pero no se atrevió a decirlo para evitar que se disgustara.

Arian, la sirvienta experimentada, no consoló a Rashta porque no le importaba, y las recién llegadas, que acababan de convertirse en sirvientas, no se atrevían a hablar con la emperatriz, así que también mantuvieron la boca cerrada.

Rashta pasó toda la noche angustiada sin el consuelo de nadie, y finalmente fue al palacio del sur para encontrarse con Evely en cuanto amaneció al día siguiente. De todos modos, fue a ese lugar porque tenía previsto visitar al Duque Elgy.

"¿Quién eres tú?" 

Sin embargo, en cuanto Evely vio a Rashta, fue terriblemente grosera con ella. No había ni un ápice de cortesía en su actitud, y sus ojos estaban llenos de desprecio.

"¿Quién eres tú?"

Rashta quedó tan impactada que preguntó de vuelta. Algunos nobles no la reconocían como emperatriz y hacían comentarios sarcásticos, pero al menos conservaban la etiqueta al tratar con ella.

Rashta se enfadó al ver a esta chica que apareció de la nada actuar así.

A decir verdad, Evely ignoraba más la etiqueta de la corte que Rashta, pero conociendo a Evely como maga, Rashta ni siquiera pensó en eso.

"¡Qué grosera!"

Rashta frunció el ceño mientras imitaba a Navier, hablando de forma fría y digna.

Sin embargo, la voz parecida a la de Navier hizo que la expresión de Evely se oscureciera aún más.

"Me conociste el otro día. Escuchaste del Barón Lant que soy la emperatriz. ¿Cómo te atreves a ser tan grosera? ¿Quieres ser encarcelada?"

"Si me encarcelas, Su Majestad el Emperador no se quedará de brazos cruzados."

Evely utilizó como escudo el nombre de Sovieshu, que no había vuelto a ver desde el día de su llegada.

Sin embargo, Sovieshu era el escudo más efectivo contra Rashta. Rashta se estremeció. Al mismo tiempo, su enfado se intensificó.

'¿Cómo se atreve esta chica grosera, que ni siquiera conserva la etiqueta ante mí, ser tan engreída como para utilizar a mi esposo de escudo?' 

Estaba extremadamente enfadada.

"De qué lado crees que se pondrá Su Majestad, del mío como emperatriz o del tuyo como plebeya."

Rashta murmuró mirando fijamente a Evely mientras fingía estar calmada, y estuvo a punto de decirle a la Vizcondesa Verdi que arrestara a la chica inmediatamente por desacato a la emperatriz.

Pero un paso por delante, Evely habló con una fría sonrisa,

"Pronto serás mi hermana. No seas tan dura conmigo, hermana."

Debido a su estancia en el Palacio del Sur, Evely conoció a muchos invitados distinguidos de visita en el Imperio Oriental.

Se interesaron en ella por haber sido una maga y le contaron muchas cosas interesantes. Entre 'esas cosas interesantes' estaba lo que le decía la actual emperatriz a la anterior emperatriz durante sus días de concubina.

Evely ya se había enterado que Rashta llamaba 'hermana' a Navier en público.

Sin saberlo, Rashta se sobresaltó y gritó en cuanto Evely dijo, 'hermana'.

Rashta, que desconocía este hecho, gritó horrorizada en cuanto Evely la llamó 'hermana'.

"¡¿Cómo podría ser tu hermana?!"

Se le puso la piel de gallina. Una chica engreída que se acomodó en casa de otro como una serpiente enroscada para quitarle a su esposo en cualquier oportunidad mientras se mostraba amigable delante de los demás, este hecho le dio escalofríos.

Evely levantó las cejas y explicó con una sonrisa,

"Escuché que tener el mismo esposo, nos convierte en hermanas. ¿No es así?"

Rashta, al darse cuenta de que Evely estaba siendo sarcástica, se rió inmediatamente con frialdad.

"Santo cielo. Me preguntaba de dónde venía la piedra, resultó ser una piedra lanzada por la anterior emperatriz."

"¿La anterior emperatriz?"

"No sé qué has escuchado, pero las cosas son diferentes ahora. La anterior emperatriz tenía únicamente un matrimonio político con Su Majestad, y desde el principio, nunca lo quiso. Si fuera ese tipo de relación, podrías ser mi hermana. Pero me casé con Su Majestad porque nos amábamos, así que por supuesto no puedes ser mi hermana."

"¿Cómo sabes que Navier nunca lo quiso?"

"Lo sé mejor que tú, por supuesto. Estuve con ella mucho más tiempo."

"¡!"

"Así que no vuelvas a llamarme hermana. No quiero escuchar eso de ti."

"Hermana, hermana, hermana, hermana, hermana."

Mientras Evely se burlaba, pronunciando hermana en rápida sucesión, las venas en las sienes de Rashta se tensaron. Irritada, Rashta intentó de nuevo instruir a la Vizcondesa Verdi para que se llevara a Evely. Pero nuevamente algo más ocurrió primero.

"¡¿Qué comportamiento tan irrespetuoso es este?!"

Esta vez, aparecieron los padres falsos de Rashta, los Vizcondes Isqua. Ellos también se alojaban en el Palacio del Sur, y se acercaron al escuchar un alboroto.

Cuando el Vizconde Isqua vio a la chica, de quién más se hablaba últimamente, tratar a su hija de forma irrespetuosa en el Palacio del Sur, se abalanzó furioso y le dio una bofetada en la mejilla a Evely.

'Insolente. ¡¿Cómo puede una plebeya tratar así a Su Majestad la Emperatriz?!"

Ante la fuerte reprimenda, los ojos de Evely se agrandaron en sorpresa.

La Vizcondesa Isqua también insultó a Evely con frialdad.

"Eres una concubina atrevida y perversa. ¡No actúes como si quisieras acercarte a mi hija con una boca tan sucia!"

Los ojos de Evely, que se habían agrandado en sorpresa, se entrecerraron con frialdad.

Cuando Evely miró con fiereza en lugar de deprimirse, el Vizconde Isqua chasqueó la lengua perplejo,

"¿Quiénes son los padres de esta chica tan descortés? Bueno. Si la hubieran criado bien, no habría vendido su cuerpo para convertirse en la concubina del emperador a su edad."

Evely estaba enfadada, pero Rashta sonreía felizmente. A menos que encontraran a sus verdaderas hijas, los Vizcondes Isqua eran sus padres pasara lo que pasará.

"Ya está bien, padre. Es suficiente, madre. No es necesario desgastarse hablando con alguien como ella."

Rashta calmó rápidamente a sus padres falsos con una voz afectuosa, empujando a ambos por la espalda para ir a otro lado.

Mirando sus espaldas, Evely no pudo evitar derramar las lágrimas que estaba conteniendo. Para Evely, quien creció en un orfanato, los insultos de los Vizcondes Isqua fueron sumamente hirientes.

***

En los próximos días, Navier intercambió regalos con el Sumo Sacerdote, la Princesa Soju y otros, exponiendo implícitamente sus conexiones personales.

Entre los países con los que Navier intercambiaba cartas, también había países que no tenían una buena relación con el Imperio Occidental.

Navier eligió más de un ayudante en vez de uno solo, que empezaron a trabajar en su oficina, tras lo cual avanzó en su trabajo de emperatriz a un ritmo vertiginoso.

Después de que los ayudantes de Navier terminaron su primer día de trabajo, sus colegas se acercaron al mismo tiempo como un enjambre a preguntar, "¿Cómo trabajaba la famosa Emperatriz Navier?"

Los ayudantes respondieron al unísono.

"Parece una máquina."

"Tenía tanta curiosidad que la miré a la cara durante 15 minutos, y revisaba un documento cada cinco minutos sin un solo cambio en su expresión."

Navier ya era reconocida por haber suprimido al Marqués Ketron mientras se reía durante el Consejo de Estado. Las personas estaban encantadas con la emperatriz de acero de la que sólo habían oído hablar.

No había nadie que odiara a la emperatriz por su buen trabajo. A menos que fuera un enemigo.

Pero el más complacido con la rapidez y capacidad de Navier para ocuparse de su trabajo, fue McKenna.

"¿Ve esto, Su Majestad? El documento traído por uno de los ayudantes de la Emperatriz. Es el documento para la reorganización institucional del Imperio. ¡Sólo tiene que hojearlo para su posterior aplicación!"

McKenna saltaba de alegría, prácticamente bailando. Convertirse en un imperio era un honor, pero también implicaba una sobrecarga de trabajo.

Pero la expresión de Heinley era sombría, incluso viendo la alegría de McKenna.

McKenna seguía mostrando su alegría mientras fingía no darse cuenta de su expresión, pero eventualmente preguntó porque estaba preocupado.

"¿Por qué tienes esa cara? ¿No te gusta? ¿No te gusta que esté un poco más cómodo?"

Si no respondía no dejaría de insistir, así que Heinley respondió renuentemente,

"Un poco. Pero no es por ti, así que no te preocupes."

"¿Seguro? ¿Ocurre algo malo?"

"..."

"¡Entonces si ocurre algo malo! ¿Qué es? Si se tratara de trabajo me lo habrías dicho enseguida...  ¿es un asunto personal? ¿No es así?"

Heinley chasqueó la lengua ante las perspicaces palabras de McKenna, pero al final compartió en voz baja su preocupación.

"Tengo un pequeño problema. No, quizá no sea un pequeño problema."

"¿Qué es?"

"Reina..."

"¿Su Majestad la Emperatriz?"

"Parece que sólo ama mi cuerpo."

"¿No es bueno que al menos ame tu cuerpo?"

Los ojos de Heinley se estrecharon ante las frías palabras de McKenna.

"Me pregunto si dirás lo mismo cuando te cases."

"Mi camino hacia el matrimonio ya ha sido bloqueado por Su Majestad. No puedo casarme si ni siquiera tengo tiempo para ir a casa."

"¿Por qué? Junto a mi hermano Koshar, eres el yerno perfecto más popular en estos días."

"Ni siquiera tendría tiempo para la boda."

McKenna habló con claridad mientras resoplaba. Eventualmente, le dio un consejo sincero sin más sarcasmo.

"Para que surja el verdadero amor, se necesita compartir momentos juntos. Su Majestad y la Emperatriz están siempre ocupados trabajando durante el día, ¿quizá no tienen mucho tiempo para acercarse el uno al otro?"

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