EGDLV 49

Viernes, 30 de Julio del 2021

El Guía de la Villana 49

Tus labios deben haber sido hechos por el demonio y mi corazón debe haber sido hecho por el ángel (4)

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"Que te diviertas"

Ximena despidió a Lara con una sonrisa en la cara. Le susurró a Demian la ubicación de la puerta trasera e incluso les dijo que salieran rápidamente de allí. Porque si les pillaba Eunice tendrían que pasar toda la noche con ella.

Salieron al jardín por la puerta trasera de la que les informó Ximena. 

La mano de Demian estaba fría. La mano de Lara estaba caliente, lo que le hizo preguntarse qué había estado haciendo fuera para que sus grandes manos estuvieran frías.

Demian no dijo nada. Y Lara no tenía nada que decir, así que se quedó callada. 

Cruzaron el jardín cogidos de la mano sin decir nada. A medida que se alejaban de las luces mágicas que enfocaban el salón de fiestas, la oscuridad del amanecer los rodeaba. Lara miró la nuca de Demian mientras caminaba delante de ella. Su pelo negro se dispersaba con la brisa nocturna.

¿Por qué había venido? 

Ella también quería preguntarle qué estaba pasando. Pero al mismo tiempo, no quería hacerlo. 

Lara se dio cuenta de que Demian caminaba sin rumbo, sin un destino claro. Después de atravesar el jardín, y cuando Demian se paró frente a su caballo, Lara comenzó a hablar.

"Pero he venido con el carruaje"

"Dile que se vaya"

"¿Por qué?"

"Porque llevas pantalones"

¿Está diciendo que como llevo pantalones, debería ir en el caballo en vez de en el carruaje?

Lara no podía entender la lógica de Demian en absoluto. Pero no quiso rechazar su oferta.

"¿Quieres montar en la parte delantera?"

"¿Estás loco?"

"Sube a la parte de atrás"

Sólo entonces Demian se rió. Sonrió ligeramente y subió al caballo primero. Luego, Lara le cogió de la mano y se subió al lomo del caballo.

"Agárrate fuerte"

"No hace falta que me agarre fuerte mientras tú montes despacio..."

Lara no pudo terminar su frase. El caballo comenzó a moverse de repente. Lara se apresuró a abrazar la cintura de Demian. Aumentó la velocidad y corrió por las solitarias calles nocturnas.

"¡Demian!"

Él no respondió.

Lara acercó su cara a la espalda de Demian, tratando de evitar el viento. Antes de darse cuenta, su pelo suelto voló por todas partes. 

El caballo que llevaba a dos personas corría velozmente por la tranquila calle.

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Demian llevó a Lara a la posada de las afueras de la capital, la que utilizaba como lugar de comunicación con el príncipe heredero.

Cuando Demian, que se marchó al atardecer, volvió de nuevo al amanecer, el posadero ni siquiera se molestó en ocultar su rostro arrugado. Mientras tanto, relajó su expresión y sonrió amablemente a Lara.

"Bienvenida"

"No pretendas ser amable"

"Hola"

Lara vaciló al entrar en la tienda. Cuando Demian pateó la puerta al entrar, un sonido precario salió de la vieja bisagra. Su mirada se quedó en la vieja bisagra, mientras el posadero la miraba fijamente.

"¿Quién es ella?"

"Mi dueña"

"¿Qué? Estás loco..."

El posadero señaló a Lara y le preguntó quién era. Tras responder a su pregunta, el posadero miró a Demian y le maldijo. Al ver que Demian nunca había dado una explicación adecuada, Lara dejó escapar un suspiro y se sentó en la barra.

"Soy su empleador. Le pago su sueldo y él me acompaña"

"¿Por qué este loco bastardo?"

"Es bueno"

"Pero aun así"

Demian sonrió. Se sentó al lado de Lara y miró al posadero. Le sugirió a Lara que comiera allí porque el posadero era un buen cocinero.

"Siento haber venido a esta hora tan tardía"

Lara se disculpó en nombre de Demian. Es hora de que todas las demás tiendas cierren sus negocios y se tomen un descanso. No importa lo cerca que estaban, Lara todavía pensaba que tenía que disculparse.

"Está bien. Normalmente estoy despierto por la noche y duermo durante el día"

Es como Valentine.

Lara asintió. El posadero se dirigió a la cocina y se puso a cocinar, sin molestarse siquiera en preguntarles qué iban a comer. Como si no necesitara recibir órdenes. Demian miró en dirección a la cocina y le dijo a Lara.

"Tienes que comer lo que te den"

"Sí"

"Va a estar bueno"

"Sí"

"¿Por qué estás vestida de hombre?"

"¿Por qué no me miras?"

Demian entrecerró las cejas. Miraba obstinadamente al frente. Incluso cuando Lara lo miraba, sólo podía ver su perfil lateral.

"¿Estás enfadado conmigo?"

le preguntó Lara.

Demian no respondió inmediatamente. Cerró la boca por un momento y pensó en algo. Luego, se apoyó en su silla, miró al techo y dejó escapar un fuerte suspiro. Después, rompió el silencio.

"Estoy enfadado"

"Sí"

"Pero no puedo enfadarme"

"Te pediré disculpas, así que ¿puedes mirarme?"

"No"

¿Es porque se enfadará si me mira?

Lara lo supuso. Supuso que, como Demian era inesperadamente considerado, evitaba a propósito el contacto visual con ella porque temía enfadarse al mirarla a la cara.

"Lo siento. Por no haberme puesto en tu lugar y haberme desahogado. Era de esperar que pensaras que mi historia es sólo un sueño"

Lara seguía hablando y mirando a Demian mientras él seguía mirando a otra parte.

"No hablaré más de eso. Pero... espero que no rechaces la espada de la familia real, ya que es una recompensa para ti de parte de la princesa"

Demian volvió a soltar un suspiro. La voz de Lara se redujo.

"Lo mismo ocurre con el dinero que te da mi madre. Porque eres mi acompañante..."

Sin mirarse, no había forma de saber si estaba escuchando bien. Lara se acercó a Demian con frustración, acercándose un poco más a él. Empujó su cara hacia él y dijo.

"Mírame"

"No quiero hacerlo"

"Pero... ¿Por qué?"

Estaba enfadada, más allá de la frustración. Lara extendió la mano y tiró del brazo de Demian. Él se estremeció.

"Demian"

La persistente mirada de Demian volvió a Lara muy lentamente.

Sus ojos eran de un azul brillante. Parecía que estaba realmente enfadado. Lara soltó inconscientemente el brazo del que se había agarrado. Todavía era verano y ni siquiera hacía frío, y sin embargo se le puso la piel de gallina. Lara, que estaba intensamente ansiosa, estaba a punto de preguntarle por qué la miraba así.

Entonces, Demian dijo.

"Mira a otra parte"

"¿Por qué?"

"Porque tengo ganas de besarte"

"...¿Qué?"

¿Qué está diciendo ahora?

Su corazón palpitaba. Lara no sabía qué responder y se limitó a mirarle con la boca ligeramente abierta.

"No te arrepientas"

Dijo Demian como si le diera una advertencia. Podía haber mirado hacia otro lado, como lo que había hecho antes, pero en lugar de eso, le decía a Lara que mirara hacia otro lado. No sólo no sabía sonreír correctamente, sino que ni siquiera sabía hablar con amabilidad.

"No"

Murmuró Lara.

"No miraré hacia otro lado"

Demian se levantó de la silla. El sonido de la silla arrastrándose fue fuerte. Era un sonido que no sonaba en los oídos, sino, más bien, en el cuerpo. 

Lara miró en silencio cómo se acercaba. Levantó sus ojos de gata y no se inmutó. Demian rió salvajemente ante su mirada desafiante.

"Me estás volviendo loco"

Choque.

La silla cayó y emitió un fuerte sonido. Pero esta vez, el sonido no la molestó mucho. En un instante, el rostro de Demian se puso frente a ella y sus labios se apretaron el uno contra el otro.

Demian atrajo la cara de Lara hacia la suya con ambas manos, girando la cabeza y clavando sus labios.

Se quedó sin aliento. 

La cabeza de Lara estaba inclinada hacia atrás. Ella se agarró instintivamente a su muñeca, intentando no caerse. Demian le mordió los labios con los suyos y escarbó el interior de su boca con la lengua. Cada vez que estimulaba su boca, ésta se empapaba dulcemente. El dolor palpitante y el placer llegaron al mismo tiempo. La temperatura corporal de Lara aumentaba desde el bajo vientre. Un gemido bajo surgió del interior de su cuello.

Demian no pensó en detenerse. Tragó toda la saliva de la boca de Lara, giró la cabeza hacia el otro lado y la penetró más profundamente.

Ahora era difícil incluso respirar. Lara hizo fuerza con la mano que sujetaba la muñeca de Demian y lo apartó. Luego, tomó rápidamente un breve respiro. Su corazón latía tan rápido que no podía recomponerse.

"Haa..."

Él estaba sonriendo. Miró los ojos de Lara, con una cara que parecía terriblemente satisfecha. 

"Te he dicho que no te arrepientas"

Entonces, sus labios se apretaron de nuevo.

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