EGDLV 14

Viernes, 23 de Julio del 2021

El Guía de la Villana 14

El ángel caído (2)

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Lara tuvo una vez un pensamiento.

Si Lara no se convirtiera en una buena hija como su padre quiere, si Lara se convirtiera en una mala hija y hiriera su orgullo, ¿cómo reaccionaría él? ¿Intentaría controlar a Lara por la fuerza, o abandonaría rápidamente a Lara y la ignoraría?

El Marqués de Bailey fue lo primero.

¡Slap!

Sucedió lo que Lara esperaba.

El marqués se había enfadado de forma espantosa y era incapaz de controlar su ira.

¡Slap!

Levantó su mano y le dio una bofetada a Lara en la cara, fue tan fuerte que hizo un fuerte sonido. Además, lo hizo dos veces. El sorprendido asistente desvió rápidamente la mirada y salió al exterior. Ese no fue el final. Golpeó y golpeó a su hija -que se estremeció y se tambaleó- en la cabeza una y otra vez.

Hasta que Lara cayó al suelo y se tambaleó bajo su mirada.

"Ve a tu habitación. No des un paso fuera hasta que te dé mi permiso. Ni siquiera comas. Arrodíllate y pide perdón hasta que se solucione el problema"

Lara pudo sentir algo sangriento en su boca.

Parecía que sus labios estaban agrietados. La cabeza le sonó hasta el punto de marearse, pero Lara no gimió ni una sola vez. Más bien, abrió los ojos de par en par y lanzó un comentario sarcástico con brusquedad.

"Entonces, ¿el problema resultará ser algo que no ocurrió?"

"¡Laviore!"

El marqués de Bailey estaba tan furioso que no sabía cómo enfadarse. Tuvo que cerciorarse varias veces de que la chica que estaba frente a él era realmente su hija. Se preguntó cómo una persona puede cambiar tanto en pocos días.

Como si estuviera bajo una sucia maldición.

"¡Laviore Ria Bailey! Recuerda de quien vienes, no toleraré la desobediencia"

Lara fue confinada.

Todas sus sirvientas fueron expulsadas. Y mucho menos para comer, a nadie se le permitió hablar con ella. Los soldados fueron colocados fuera de la puerta para que Lara nunca pudiera escapar. Y esa noche, el marqués de Bailey arrojó un bolsillo lleno de monedas de oro a su asistente y ordenó que el esclavo de Lara, que estaba en la arena, fuera asesinado sin dejar rastro.

∘₊✧──────✧₊∘

Rápidamente se extendieron los rumores de que la joven Lady Bailey se entregó a los placeres sensuales con un esclavo de la arena, y que se besaron y tuvieron relaciones físicas en un lugar público.

La comunidad noble de Hautean era pequeña.

Además, el Marqués de Bailey se había convertido recientemente en ayudante del Príncipe Sidhar, mientras que la Marquesa de Bailey abandonó a su marido y dejó la casa, haciendo que el interés por él fuera mayor que nunca. Mientras tanto, en cuanto la única hija del marqués se hizo adulta, se metió en grandes problemas. Cada vez que dos o más nobles se reunían, sólo hablaban de la Casa de Bailey.

Como a la curiosidad se sumaba la imaginación, todos los escándalos habían terminado como una novela.

Laviore Ria Bailey.

Debía haber una buena razón para que una chica, que era una estudiante modesta y modélica cuando asistía a la academia, se convirtiera en una hija pródiga tan pronto como celebraba su ceremonia de mayoría de edad. Alguien estaba convencido de que la causa era la disputa entre el marqués y la marquesa de Bailey.

Alguien especuló que el esclavo que la besó podría ser un noble caído en alguna parte.

En la arena, se desató una disputa entre el grupo de chicas que insultó a Lara y el grupo de chicas que dijo que también querría probar a besar a una esclava tan encantadora como Demian, con lo que la arena se volvió más alborotada que nunca.

El ángel caído.

Ese apodo se lo pusieron a Lara por diversión, y pronto todos la llamaron así.

Ella sólo había cambiado algunas pequeñas cosas.

Sólo llevaba un vestido rojo y frecuentaba la arena.

Sólo corrió detrás de su madre y le sugirió que se divorciara de su padre.

En lugar de suplicar el amor del Príncipe, se limitó a rechazar cualquier contacto con él.

Mientras Lara estaba encerrada en su habitación, muchas cosas cambiaron.

El gran cambio fue que el plan del Marqués de Bailey se desbarató. El pequeño cambio fue que, después de muchas consideraciones, Konny, la criada que fue alentada por la desviación de Lara, visitó a la marquesa Isadora Bailey.

Su madre era la única guerrera que podía salvarla de las garras de su padre.

∘₊✧──────✧₊∘

"Milady"

Alguien llamaba a Lara.

"Milady... Abre los ojos, ¿Cuánto tiempo vas a dormir?"

Era la voz de Konny.

Lara, que había estado durmiendo hasta tarde, obligó a sus pesados ojos a abrirse ante el sonido que había hecho cosquillas en sus oídos. Viendo la luminosidad de la habitación, el sol parecía estar en lo alto del cielo.

Hacía ya tres días que estaba encerrada en su habitación. En un principio, habría corrido al templo desde el amanecer por sugerencia de su padre y se habría sentado allí fingiendo que rezaba, para atraer la atención del Príncipe. Sin embargo, tras enterarse de que su hija había provocado un escándalo con una esclava, el marqués de Bailey le ordenó que no diera un paso fuera de su habitación hasta que el rumor se calmara.

Fue un momento de aburrimiento.

Uno o dos días después, la paciencia de Lara se había agotado.

Estaba pensando si debía amenazar con suicidarse o si debía sobornar al soldado. Sea lo que sea que tuviera que hacer, Lara estaba decidida a abandonar la casa cuando esta situación terminara.

Además, ni siquiera podía comer nada más que agua.

Estaba bien porque Lara estaba acostumbrada a pasar hambre, pero cuando estaba a punto de enfadarse por lo frustrada que estaba, apareció Konny.

"...¿Konny?"

¿Cómo has entrado aquí? No creí que padre diera su permiso.

Cuando Lara preguntó con los ojos, Konny sonrió alegremente y respondió.

"¡La señora está aquí!"

"¿Qué?"

Lara pensó que lo había escuchado mal.

Mientras Lara estaba sentada en su cama medio dormida, parpadeando en blanco, Konny le agarró la mano con la cara sonrojada y la agitó de arriba abajo.

"La señora está aquí. Le dije que Su Señoría te abofeteó en la cara y te encerró en tu habitación. ¿Sabes lo que dijo la señora? Ella realmente hizo que mi corazón latiera rápido..."

"¿Qué dijo la madre?"

"¡La señora bajó la mesa de golpe y, con el ceño fruncido, se levantó de su asiento y le tendió la mano a su secretaria!"

Konny se tomó un momento, puso la expresión más sombría que pudo, y dijo lentamente.

"Tráeme el documento de divorcio"

"...¿Qué?"

No pudo evitar preguntar de nuevo.

Al saber que su madre había dicho eso, Lara se despertó de golpe y puso toda su atención.

La Isadora Bailey que Lara conocía era una mujer de pocas palabras y también era cuidadosa con lo que decía. Era alguien que nunca creaba puntos vulnerables ni armaba grandes peleas sólo por comentarios impulsivos teñidos de ira momentánea.

¿Madre, que siempre había sido cuidadosa, decidió divorciarse de padre así?

Konny, que estaba excitado, parloteaba delante de ella. Era un montón de divagaciones, pero Lara sabía perfectamente lo que Konny decía. Cuando su madre le indicó a su secretaria que trajera el documento de divorcio, ésta se apresuró a preparar el documento. Konny dijo con admiración que era rápida como si el documento hubiera sido preparado de antemano.

Luego, montaron en el carruaje a toda velocidad para reunirse con el marqués de Bailey.

"Todo está bien ahora. La señora lo resolverá todo. Milady, debe tener hambre. Le he traído sopa suave y pan. Está tibia, así que puede comerla enseguida"

Konny puso una bandeja sobre la mesa.

El olor de la sabrosa sopa y del pan recién horneado era fragante. Ni siquiera se dio cuenta del hambre que tenía porque se había acostumbrado a pasar hambre. Pero, de repente, le entró mucha hambre.

Sin embargo, ahora no era el momento de comer.

"No"

"¿Milady?"

"¿Dónde está mamá?"

"¿Eh? Ella está... en el estudio de Su Señoría"

Lara se levantó furiosa de su asiento.

Todavía estaba en pijama, pero salió corriendo de su habitación a pesar de todo. En el pasillo fuera de su habitación, dos soldados, que se suponía que la vigilaban, estaban de pie sin poder hacer nada.

"¡Milady!"

"Muévete"

Los soldados no la detuvieron.

No tenían otra opción.

Porque la madre de Lara, la Marquesa de Bailey había dado la orden a través de Konny para que los soldados se alejaran de la habitación de Lara inmediatamente. Estaban obligados a obedecer las órdenes tanto del marqués como de la marquesa de Bailey.

Lara se abrió paso entre los soldados y corrió. El estudio de la marquesa estaba en el tercer piso. El sonido de sus pasos subiendo las escaleras sonó con fuerza en la silenciosa mansión. Cuando subió, el aire crudo llenaba el pasillo.

Como Lara se había movido repentinamente después de haberse despertado, se quedó sin aliento y se mareó. Pero a pesar de todo eso, Lara siguió caminando con firmeza y se paró frente al estudio del marqués.

"Milady"

Era la secretaria de su madre.

Se encontraba en una posición ordenada, sosteniendo un fino expediente.

"Mi madre..."

Cuando Lara estaba a punto de abrir la boca, se oyó una voz fuerte desde el estudio del marqués.

"¡¿Estás en tu sano juicio?! ¡Eres una marquesa! No importa lo humilde que vengas, ahora no eres diferente de un noble... Como la señora de la casa y el modelo de la familia, ¿qué estás diciendo ahora? ¿Un documento de divorcio?"

Era el marqués de Bailey.

Se estaba enfadando mucho más que cuando abofeteó a Lara en la cara. Su voz era áspera y temblorosa. Por el contrario, la voz de Isadora era gélida y fría como un bloque de hielo.

"Estoy en mi sano juicio. Y ahora estoy dando el ejemplo perfecto"

"¿Qué...?"

"No quiero volver a relacionarme con gente como tú. Quiero el divorcio. Antes de que nos convirtamos en enemigos, al menos volvamos a ser extraños"

"¡Isadora!"

"Como si no fuera suficiente que confines a mi hija que es una adulta en toda regla, ¿incluso la golpeas? Deberías alegrarte de que no le prenda fuego a tu estudio. No sé quién es el humilde aquí. Me llevaré a Lara conmigo"

El marqués guardó silencio por un momento.

Lara sabía que esa era la forma de resistir de su padre. Tenía la costumbre de utilizar el silencio para presionar a su oponente.

Pero era imposible que Isadora no lo supiera.

"Firma este papel"

Pareció lanzar los documentos del divorcio sobre el escritorio del marqués sin darle la oportunidad de defenderse.

Lara pudo escuchar el sonido del revoloteo del papel.

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