LA VILLANA VIVE DOS VECES 370
El sueño de la mariposa (37)
Cedric no conocía bien a Garnet, pero recordaba claramente cuán serena y noble había sido frente a la muerte.
‘Podría ser una buena influencia para Tia.’
No había nadie que pudiera mostrarle a Artizea cómo era la vida de una dama noble. Milai era una excepción, y entre los parientes de la familia Rosan, no había nadie en quien pudiera confiar.
Cedric tampoco tenía muchos parientes cercanos. En Evron, prácticamente no había ramas colaterales, y aunque por parte de su madre estaba la familia imperial, la emperatriz, aunque elegante, ya era una dama de mediana edad.
‘Princesa Eloise… no.’
Ella solo tenía 21 años, pero estaba lejos de ser un modelo de dama noble en un sentido diferente al de la emperatriz. Quizás solo el próximo emperador podría tomarla como ejemplo.
No es que Cedric quisiera que Artizea se convirtiera en una dama refinada, pero creía que era importante que supiera que ese camino existía.
‘Esta podría ser una buena oportunidad para fortalecer los lazos familiares.’
No sabía qué pensaba Gran Duque de Roygar al convertirse en una pieza del ajedrez del emperador, pero en este mundo, no necesitaba arriesgar su vida en luchas por la sucesión.
Entonces, esta vez, realmente podrían interactuar como familia. Eso sería bueno para Cedric, para Artizea, para los niños que podrían llegar en el futuro. Siempre lamentó que sus hijos tuvieran tan pocos parientes cercanos.
Envió una respuesta fijando una fecha para la visita.
Un cuerpo joven tenía tantas desventajas como ventajas. Nadie sospecharía de una alianza política entre Evron y Roygar solo porque él visitara a su tío.
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El día de la visita a la residencia del Gran Duque Evron, la esposa de Marqués Luden acompañó a su hija hasta el carruaje con una expresión preocupada.
—Por favor, compórtate como una dama.
—No te preocupes, madre. ¿Cuándo me has visto cometer un error en el protocolo?
Aunque nunca cometía errores en el protocolo, a veces decía cosas innecesarias o actuaba como una típica adolescente, por lo que la esposa de Marqués Luden la miró con incomodidad.
Garnet, vestida con una chaqueta blanca y un vestido de lana gris, parecía una joven tranquila. Pero su madre sospechaba la razón por la que insistió en acompañar a Gran Duque Roygar.
‘Últimamente, Gran Duque Evron es un tema de conversación en los círculos sociales. Probablemente quiere ver su rostro.’
Aunque era su madre, por más que intentara pensar bien de ella, no creía que Garnet entendiera las preocupaciones o la situación política de Gran Duque Roygar.
Del mismo modo, la esposa del Marqués de Camelia, que también había salido a despedir a Garnet, pareció entender su preocupación y la consoló con voz cautelosa.
—No se preocupe. Gran Duque Evron y su prometida aún son jóvenes. Esto no es más que una visita a la casa de un pariente.
—Eso sería un alivio, pero…....
—¡No te preocupes! ¡Volveré pronto, madre!
Garnet habló con alegría y, como si fuera lo más natural, le tendió la mano a Gran Duque Roygar. Él la tomó y la ayudó a subir al carruaje, luego saludó cortésmente a la esposa de Marqués Luden y a la esposa de Marqués Camelia antes de subir él mismo.
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Artizea, al enterarse de la visita, estaba en el vestidor discutiendo con Lysia.
—Leí sobre la hija de Marqués Luden. Dicen que es muy elegante y refinada.
—¿En serio? Qué curioso…...
Los sirvientes de la residencia también estaban tensos. Era la primera visita importante desde que Cedric se independizó, aunque eran parientes cercanos, no se veían con frecuencia. Además, la familia de Marqués Luden tenía una gran influencia en los círculos sociales.
Y los niños también captaban ese ambiente.
Artizea miró seriamente un vestido rosa con volantes. Definitivamente era el más bonito, pero le daba pena usarlo sola, sintiendo que sería injusto para Lysia.
Mary, que había venido a ayudarla a vestirse, también se puso seria. Aunque no se oponía a que Artizea conociera a otros niños, hoy iban a conocer a Gran Duque Roygar y su prometida. Preferiría que la niña luciera sofisticada y bonita.
Rápidamente sugirió:
—¿Qué tal este azul cielo? Quedaría muy bien con la blusa de volantes.
—Mmm…....
—Te haré un peinado muy bonito con una cinta azul.
Mary habló con determinación.
Afortunadamente, la cinta azul que Cedric le regaló era uno de los tesoros de Artizea, así que la persuasión funcionó.
Artizea asintió, Mary rápidamente sacó la blusa y el vestido azul cielo.
Mientras se cambiaba y se peinaba, Lysia parloteaba a su lado.
—El rosa es más bonito.
—Sí, yo también lo creo.
—Pero como es una visita, no debemos preocuparnos solo por lucir bonitas. Mi papá dice que no debemos vestirnos demasiado elegantes cuando recibimos visitas.
Mary suspiró internamente.
‘Barón Morten también ha pasado por lo suyo.’
Lysia, sin entender los sentimientos de los adultos, habló alegremente.
—Mañana haremos una fiesta de té. Nos pondremos nuestros vestidos más bonitos.
—¡Genial! Oye, ¿podemos invitar a Ced también?
—¡Claro!
Las dos niñas estaban emocionadas. Mary sonrió con resignación mientras peinaba el largo y hermoso cabello rubio platino de Artizea.
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El carruaje de Gran Duque Roygar se detuvo frente a la residencia principal.
El cochero abrió la puerta, Gran Duque Roygar bajó y escoltó a Garnet. Cedric salió a recibirlos.
—¡Hace mucho tiempo que no te veo, Cedric! ¡Has crecido mucho!
Gran Duque Roygar habló con genuina emoción. No solo había crecido, sino que ahora era más alto que él, quien no era bajo. Ya no necesitaba mirarlo desde arriba.
—Hace mucho que no nos vemos, tío.
Cedric sonrió suavemente mientras lo saludaba. Luego, con cortesía, le tendió la mano a Garnet.
—Es un placer conocerte, Señorita de Marqués Luden.
Garnet lo miró con una expresión algo soñadora antes de sobresaltarse y tenderle la mano. Cedric le besó el dorso de la mano con elegancia, sin que sus labios la tocaran.
Garnet se sonrojó ligeramente y le devolvió el saludo con igual cortesía.
—Es un placer conocerte, Gran Duque Evron. Ahora que somos parientes, lamentaba no habernos visto antes.
—Cuando era más joven, mi tío probablemente no pensó en presentarnos.
Cedric habló con madurez. Luego miró a Gran Duque Roygar, quien suspiró.
Él sonrió con incomodidad y dijo:
—Es difícil creer que hayas crecido tanto. La última vez que te vi…....
—….....
No mencionó que la última vez que lo vio, Cedric estaba trepando el marco de una puerta. Con Garnet presente, no quería avergonzarlo.
—Lo siento.
Habló con sinceridad. Era sincero, por eso no especificó ‘por qué’. Simplemente expresó lo que sentía, sin pensar en las implicaciones.
En la memoria de Gran Duque Roygar, Cedric seguía siendo un bebé. Cuando su hermana aún vivía, él se pegaba a la cuna del bebé, preguntando constantemente cuándo crecería.
Un Cafesito ;
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