MDSDCS 37




Mi deseo son dos camas separadas 37

Dos Hombres (12)



Traducción Coreano-Español: Asure


—Ah, no soy tan ingenua como para pensar que me dirías eso.

—Por supuesto que no.


respondió Julia con calma, mientras observaba rápidamente su entorno.

Kiara no llevaba nada en las manos. Tal vez podría haber escondido un arma bajo su ropa, pero a diferencia de Julia, su vestimenta no era voluminosa, y entre los rasgados tejidos no se veía ningún arma.

Julia entrecerró los ojos.

Esa era una mala señal. Que no llevara un arma significaba que tenía otra carta bajo la manga.

'Lo sospechaba...'

Después del incidente en el campo de caza, Julia había llevado en secreto un arma para protegerse.

Normalmente, una daga, en días como hoy, con agendas oficiales, una revólver mágico que podía reducirse de tamaño. No podía evitar pensar que la desaparición de Groburn y la relación con Kiara eran sospechosas.

'Aunque no había precedentes, ya había desaparecido sin dejar rastro, imposibilitando su rastreo...'

Julia había investigado en secreto si Kiara había sido quien convocó a Groburn. Sin embargo, los registros mostraban que Kiara había fallado en el examen de ingreso a la Torre Mágica cuando era joven. Lamentablemente, Kiara no era una maga, no había conexión entre ellos.

Si hubiera profundizado más y hecho pública la investigación, temía que su propia habilidad mágica saliera a la luz, por lo que Julia detuvo la investigación en esa etapa.

Pero, aunque fuera obra de una mutación, el hecho de que una bestia mágica que masacraba humanos sin distinción se abalanzara sobre ella en el momento crucial le resultaba incómodo, como una espina clavada en la garganta.

'Así que pensé que podría intentar algo como último recurso antes de morir'

Fue una suerte que hubiera llevado un arma para protegerse. Sin embargo, lo que ella esperaba era un asesino a sueldo. No había anticipado que Kiara se infiltraría directamente en el palacio para atraerla.

Y no era para menos, ya que el palacio de Semelé estaba fuertemente custodiado y siempre rodeado por caballeros de élite.

No había forma de que la duquesa Sore y su hija, cuya familia había sido exterminada y que esperaban su ejecución como criminales de primer grado, pudieran tramar algo.

Además, en días como hoy, con muchos visitantes externos, los leales y renombrados caballeros reales estaban desplegados por todas partes. También había detectores de artefactos mágicos, por lo que era imposible ingresar al palacio con artefactos mágicos no autorizados.

Por lo tanto, era impensable, desde el sentido común, que una familia caída en desgracia intentara otra rebelión atravesando una seguridad tan estricta.

Julia, que por costumbre llevaba consigo el revólver, también había confiado en la protección de los caballeros que siempre estaban cerca.

Sin embargo, su error fue ir a un lugar solitario en secreto, sin la escolta de los caballeros, después de escuchar que Killian estaba enfermo.

'Sería mejor resolver esto sin usarlo si es posible'

Esa era la razón por la que llevaba el revólver. Pero, al ser su último recurso, debía mantenerlo oculto hasta el final.

Con la esperanza de que todo terminara usando solo las balas, Julia habló sin mostrar sus intenciones.


—No hubo noticias de una fuga, así que quien está en prisión bajo el nombre de Kiarah Soh debe ser otra persona. Debe ser obra de un cómplice interno.

—Eres tan inteligente. Y aún así, has estado fingiendo no saber nada todo este tiempo.


Kiarah aplaudió sarcásticamente, burlándose de Julia. Julia, sosteniendo firmemente el revólver que se ajustaba perfectamente a su mano, respondió en voz baja:


—Te daré una última oportunidad. Si confiesas a tus cómplices y te arrodillas, te mostraré misericordia y te permitiré beber veneno en lugar de enfrentar la guillotina.

—Ja.


Kiara soltó una risa burlona. Sus ojos color oliva brillaron con malicia mientras se desgarraban hacia los lados.


—¿Eso es lo que consideras un arma? Pensé que al menos llevarías una daga, pero resulta que solo tienes esa pistola patética que hace ruido como un petardo.


Así era. El revólver que Julia sostenía era un artefacto mágico con funciones adicionales, pero su poder letal era significativamente bajo.

La pólvora y las balas, superadas por el desarrollo de la magia, no tenían el poder destructivo necesario para el combate. Kiara, sabiendo esto muy bien, se burló con arrogancia y imitó el tono de Julia:


—Te daré una última oportunidad. Si te disculpas conmigo y te arrodillas, te mataré de una vez.

—Qué triste, ¿por qué no puedes dejar de lado ese rencor?


Pero la voz tranquila de Julia, que no era lo que Kiara esperaba, hizo que su rostro se endureciera.


—¿Sigues pensando que te quité a tu hombre?


Julia sonrió dulcemente, sin inmutarse, y respondió:


—Te dije desde el principio que nunca fue tuyo. ¿Por qué te aferras tanto a un hombre que ya pertenece a otra?

—Tú... insolente.

—Si fuera tú, habría soñado con algo más grande con esa ambición.


Julia pisoteó con elegancia y desdén. Kiara tembló de rabia, mirando a Julia con ojos asesinos.

'Listo'

En un enfrentamiento uno a uno, lo más importante era mantener la calma. Julia no sabía qué estaba ocultando Kiara, pero si lograba aprovechar su agitación para alertar a los caballeros cercanos, la situación terminaría a su favor.  

Incluso si Groburn apareciera de nuevo, dentro del palacio real, donde los caballeros estaban por todas partes, no tendría oportunidad de ganar.  

‘Debo inmovilizarla antes de que haga su jugada’

No tenía idea de cómo había logrado burlar la estricta vigilancia de la prisión, pero aparte de su rostro cambiado, Kiara no parecía poseer ningún artefacto mágico o arma especial.  

Su complexión seguía siendo la misma, así que, dado que Julia había entrenado en combate cuerpo a cuerpo, no le resultaría difícil someter a una dama frágil.  

Aunque su revólver no tenía poder letal, era suficiente para ganar algo de tiempo.  

Si disparaba a su hombro o mano y la tomaba por sorpresa, podría reducirla rápidamente. Para entonces, los caballeros cerca del salón de baile habrían escuchado el disparo y acudirían de inmediato.  

Julia terminó de calcular la situación en un instante y comenzó a apretar el gatillo.  

Pero justo entonces, Kiara, que estaba temblando de furia, soltó una carcajada escalofriante.  


—¿¡Un gran sueño!? ¡Por eso estoy aquí! ¿¡Crees que me arrastré fuera del infierno solo por un hombre usado!?  

—¿Qué…?  

—¡Jajajaja! Me costó tanto esfuerzo convocar a Groburn en el coto de caza, todo se echó a perder. ¡Pero esto es aún mejor!  

—Te haré pagar por ello.  


La risa desquiciada de Kiara hizo que Julia frunciera el ceño.  

Así que, después de todo, era cosa de Kiara.  

‘Pero estoy segura de que no es maga, entonces… ¿cómo…?’  


—Voy a destruirlo todo. A ti, maldita zorra, a ese hombre estúpido que, cegado por ti, se ha convertido en un tirano.  


Los ojos oliva de Kiara brillaban con un veneno feroz.  


—Me dieron una poción para cambiar de apariencia. Con esto, tomaré tu lugar y me convertiré en la noble reina. Y tú… morirás como una traidora con mi rostro. ¡Ah, en cuanto dé a luz al heredero del trono con mi vientre, me aseguraré de mandar a ese iluso junto a ti! ¡Para que se arrepienta de todo en el infierno!  


Julia entrecerró los ojos.  

La última vez, Kiara solo estaba obsesionada con Endymion, pero ahora su ambición se había torcido y convertido en algo mucho más grande.  

‘Esa persona…’  

Esa era la clave.  

Un cómplice y una poción para cambiar de apariencia. Julia memorizó ambas cosas. Necesitaba terminar con esto rápido.  


—Pfft. ¿Qué pasa? ¿Tienes miedo de morir? Veamos… ¿qué me ofrecerás a cambio de tu vida? Oh, si entregas a tu hombre por voluntad propia, tal vez…


Ignorando la provocación, Julia apretó el gatillo sin dudarlo.  




¡Bang!




El cañón destelló con un resplandor y el retroceso del disparo vibró en su brazo.  

‘Está hecho…’

Pero justo en ese instante, cuando el sonido del disparo se expandía por el lugar…  

Ssssss…

De repente, una neblina plateada y opaca se alzó y atrapó la bala que volaba hacia el hombro de Kiara.  

Al mismo tiempo, el sonido del disparo fue absorbido por completo, como si nunca hubiera existido.


—Je. 


Kiara soltó una risa escalofriante.

Desde el interior de la niebla, se escuchó una risa satisfecha.

Julia abrió los ojos de par en par y retrocedió un paso. Pero en el instante en que sintió una presencia escalofriante detrás de ella, en el invernadero, rodó hacia un lado.



¡Clang! ¡Boom!



El suelo se hundió bajo el impacto de un ataque: una gruesa cola, como un látigo, había atravesado el invernadero, golpeando justo el lugar donde Julia había estado de pie segundos antes.


—¿Eso es todo? Qué adorable.


Kiara emergió de la niebla.

Sonriendo con burla, extendió una mano. La neblina plateada que la envolvía comenzó a girar y subió por su brazo en forma de espiral.

Y entonces…



Gruuuuh…



La turbia neblina plateada que se filtraba desde el invernadero se transformó en un Groburn. Al mismo tiempo, dos serpientes negras se enroscaron alrededor de los brazos de Kiara.  

Eran Dianos.  

Bestias de alto nivel conocidas por aislar el sonido dentro de un área, sumiendo a sus presas en el miedo antes de devorarlas.


—… Kiara Sore, ¿qué eres exactamente?


Esto no era algo que pudiera lograrse solo con la ayuda de un cómplice. Kiara había obtenido habilidades que antes no tenía.

Julia endureció su expresión y volvió a apuntar con su revólver.

Kiara sonrió con malicia.


—Soy la reina que te pisoteará y te reducirá a la humillación.


Los Dianos habían borrado todo sonido del área. Nadie en los alrededores parecía escuchar la conmoción, y no había señales de que los caballeros se acercaran.

Las bestias de alto nivel rara vez obedecían incluso a los líderes de su propia especie, pero estos Dianos actuaban como si fueran extensiones del cuerpo de Kiara.

Algo así no aparecía en ningún libro, documento confidencial o estudio académico.


—¡Muere imaginando a mi hijo como el próximo dueño de Semele!


Aunque nadie podrá escuchar tus gritos.

Extasiada, Kiara rió y señaló a Julia con un gesto brusco.



Ssssss…



Los Dianos se arrastraron por el suelo y se lanzaron sobre ella. Al mismo tiempo, el Groburn abrió sus fauces y rugió antes de abalanzarse.

Julia no huyó. Se quedó de pie, de cara a las bestias.

‘Si no puedo escuchar sus sonidos…’



Gruuuh…  



‘…Significa que tampoco podrán oír el mío’

Desde el momento en que vio el revólver por primera vez, Julia había contemplado esta posibilidad en su mente. Aunque nunca lo había probado, la idea era teóricamente viable.  

Y aunque hacía mucho que no lo usaba, siempre había respondido a su voluntad.  

Sintió una certeza instintiva.  

Los Dianos y el Groburn abrieron la boca al mismo tiempo. Lenguas impregnadas de veneno se dispararon como látigos hacia ella.

En el instante en que el veneno estaba a punto de envolver su cuerpo y extremidades…

Julia se quitó el anillo.




¡Bang!




Un resplandor dorado estalló desde el revólver, disparándose hacia el exterior.  

La explosión de sonido y poder sacudió el suelo con una intensidad incomparable a la de antes.




¡Kiiiiiiiek!

¡Kyaaaaaak!




El destello dorado se dividió en tres ráfagas que atravesaron a las bestias. Trozos de carne volaron en todas direcciones mientras el Groburn y los Dianos derramaban sangre azul.  

Kiara abrió la boca en un grito ahogado. A través de la neblina plateada que la envolvía, pudo verse el fulgor dorado que la devoraba.  


—¡¿M-maga…?!  


Su voz, antes llena de confianza, tembló de puro pavor.  



Fwoooosh



Lo que antes parecía una densa niebla plateada no era más que un espejismo insignificante ante la radiante marea dorada.

El oro brillante se expandió como una ola y arrasó con la niebla. Kiara intentó resistirse, pero fue inútil: su poder se desmoronó sin remedio.


—¡Aaaaaaagh!


El impacto la sacudió por completo, su cuerpo convulsionó y su piel se cubrió de marcas negras, como si hubiera sido alcanzada por un rayo.



Clack.



Julia giró el cañón de su revólver.

La magia dorada fluía por su cuerpo, protegiéndola desde la cabeza hasta los pies. Sus ojos violeta se tiñeron de un dorado intenso y profundo.


—¡Huff… s-sálvame! ¡Ten piedad…!

—Es demasiado tarde.


Sin dudarlo, Julia apuntó al cuerpo tembloroso de Kiara y apretó el gatillo.

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