Miércoles, 17 de Febrero del 2021

Solo en tu Corazón 5

Llamada (2)

Era un edificio de doce pisos, y la empresa para la que trabajaba Chizuru ocupaba toda la octava planta. Cuando la pantalla electrónica mostró un 8, Chizuru bajó del ascensor como si la guiara Karasawa.

Había una puerta de cristal esmerilado en la entrada, Karasawa la abrió para ella.

"Gracias. Pero ya estoy bien"

Incluso si sólo estaba siendo amable, ella no quería más de su atención. Así que le dio las gracias después de atravesar la puerta y trató de alejarse. Pudo ver que los demás empleados habían llegado y seguían con su trabajo. Varias personas cuyos escritorios estaban situados cerca de la entrada les saludaron.

Karasawa era bastante popular, como empleada, no quería que la gente malinterpretara su relación al verlos juntos. Chizuru les devolvió rápidamente los saludos antes de dirigirse a su propio escritorio. 

En su mesa había una pila de documentos que debían ser ordenados o copiados. Y parecía que tendría que olvidar todo lo sucedido y centrarse en su trabajo, al menos hasta la hora de comer.

Sin embargo, no podía olvidar la "voz" que había escuchado. Chizuru se sentó en su silla y sacó su teléfono del bolso. Tecleó un breve mensaje para Mai.

 

[Gracias por tu visita de anoche. Me alegro de que me hayas escuchado]

No sé si estaba oyendo cosas, pero escuché algo que sonaba como esa "voz" hace un momento.

'¿Estoy demasiado emocionada? ¿Qué crees?' 

Miró el reloj y vio que probablemente la clase de Mai ya habría empezado, sin embargo recibió una respuesta en pocos minutos.

 

[¿¡De verdad!? ¡Eso podría ser algún tipo de presagio!]

[Lo escuchaste más de una vez la primera vez, ¿no?]

[Quizá lo vuelvas a oír...]

[¡Será mejor que me lo digas si vuelve a ocurrir!]

Chizuru tecleó rápidamente una afirmación y cerró su teléfono.

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No pudo evitar suspirar mientras devolvía el teléfono a su bolso. Ahora se concentraría en el trabajo que tenía delante. Si no lo hacía, esa excitación que surgía de su interior la volvería loca.

Por suerte, Chizuru era una trabajadora contratada, lo que significaba que la mayor parte de sus funciones consistían en tareas diversas que podía realizar con movimientos maquinales. Normalmente, esto le habría parecido tedioso, pero ahora lo agradecía. Llevar a cabo las órdenes sin pensar demasiado le permitía refrescar un poco la cabeza.

'¿Y si... y si realmente pudiera volver...?'

No dejaba de pensar en esto mientras tecleaba en el ordenador. 

Había pasado algo más de un año desde que Chizuru había vuelto a este mundo.

Durante ese tiempo, tuvo que ocuparse de asuntos relacionados con la búsqueda de personas desaparecidas, además de cuidar de su abuela enferma, por lo que no tuvo tiempo de preocuparse por volver. Todavía tenía que terminar la escuela, y no era momento de caer en una depresión.

Su abuela había fallecido poco después de su graduación, ella había empezado a trabajar inmediatamente después. El trabajo desconocido la había mantenido ocupada durante el primer o segundo mes... Sólo recientemente había empezado a recordar lentamente sus recuerdos con Lukrov y ese mundo.

Pero por mucho que deseara volver, no había tenido mucho tiempo para imaginar con claridad lo que sucedería si ese deseo se hiciera realidad.

Lukrov...

Se había hecho amiga de mucha gente durante su año en ese mundo. A algunos de ellos los habría llamado amigos. Pero era Lukrov el único con el que abandonaría su mundo para volver a encontrarse.

Pero, ¿la estaba esperando?

Ni siquiera le había prometido volver con él. Sólo llevaban un año juntos. ¿Cuánto tiempo la esperaría?

Él la había amado.

Y no era el tipo de hombre que olvidaría a una mujer de la que se había enamorado.

Pero era muy probable que se enfadara con ella por haber desaparecido sin decir nada. Ella no había querido decir nada, pero no sería sorprendente que él lo sintiera como una traición.

Hola, he vuelto y me alegro de verte. Sigamos juntos. Probablemente no sería tan fácil.

De hecho, ni siquiera había garantía de que ella pudiera volver directamente con él. La primera vez, Lukrov y los demás habían encontrado a la conmocionada Chizuru cuando se había metido de repente en su mundo.

¿Pero esta vez...?

A diferencia de este mundo, ni siquiera había direcciones de domicilio establecidas. Definitivamente, no se podía utilizar el teléfono para localizar a la gente. Incluso los mapas ordinarios eran difíciles de encontrar.

Pensando ahora en todo esto, empezó a ver que las cosas no tendrían un final feliz de inmediato aunque ella pudiera regresar. Por supuesto, estaba decidida a pagar el precio que fuera. No se resistió a la idea de tener que encontrarlo y hacer lo necesario para ganarse su perdón.

Pero todo eso sólo podía ocurrir si ella regresaba. 

De repente, algo que nunca había considerado antes apareció en el fondo de su mente. Sus manos se detuvieron sobre el teclado.

'Un año y unos meses...'

Ese era el tiempo que había pasado desde su regreso.

'Pero, había estado en ese mundo durante un año, sin embargo, sólo había pasado un mes cuando regresé... eso significa...'

Espera. Espera. Chizuru intentó detenerse mientras su mente empezaba a calcular. Pero la respuesta llegó demasiado rápido.

Si un mes aquí equivalía a un año allí, y había pasado exactamente un año y dos meses, eso significaba que habían pasado al menos catorce años en ese mundo. No había llevado un diario ni había contado los días, ni siquiera estaba segura de que un año en aquel mundo fuera también 365 días, pero las estaciones eran similares, y la gente había definido ese tiempo como un año.

'¿Catorce años...?'

Y eso sólo si pudiera volver ahora mismo.

Si pudiera volver, pero tardara un mes más, eso significaría que habían pasado quince años. Quince años. Tantos años para una persona con la que sólo había pasado un año... un amante cuya partida sólo podía parecer una traición a sus ojos. ¿Qué hombre podría seguir siendo devoto?

Quince años era mucho tiempo.

Durante ese tiempo, había sido cuatro años mayor que Chizuru. Veintidós. Eso le haría tener treinta y seis ahora. Teniendo en cuenta que el mundo era similar a la Edad Media, no sería sorprendente que estuviera casado. Recordó que los plebeyos eran especialmente conocidos por casarse pronto y tener hijos.

Podría dejar todo en este mundo para volver, sólo para encontrar que Lukrov se había casado y tenía hijos. Chizuru podría no ser más que un recuerdo lejano, cuya repentina aparición sería una molestia. Eso no sería extraño. No, era lo más natural.

Sin embargo, se trataba de un mundo tan diferente al suyo, era posible que esta deformación del tiempo fuera sólo una coincidencia. Tal vez cambiaba cada vez.

Pero. 

Chizuru sintió que le escocían los ojos mientras miraba la pantalla.

Sus dedos no podían moverse.

'Pero... todavía...'

Si Chizuru volvía a escuchar la "voz", respondería.

Incluso si todo terminaba con ella viendo que Lukrov era feliz con otra persona, quería disculparse por haberlo dejado sin una palabra. Chizuru se lanzaría de nuevo a ese mundo, sólo para tener la oportunidad de decírselo.

'Soy tan idiota...'

Pero, tal vez eso era el amor.

Eso era lo que significaba amar a alguien con todo tu corazón... 

Sus manos no la habían ayudado mucho ese día, y por eso, cuando por fin terminó y pensó en volver a casa, ya estaba oscuro afuera. No había sido consciente en absoluto, pero ahora también llovía.

Miró alrededor de la planta de la oficina y vio que más de la mitad de la gente se había ido a casa.

"He terminado, así que me voy a casa. ¿Necesita algo más?"

Preguntó a una de sus superiores que estaba sentada a unos cuantos pupitres de ella. La mujer dijo que no había nada en particular y soltó amablemente a Chizuru. No sólo eso, sino que incluso le dio las gracias a Chizuru por seguir trabajando más tarde que los demás. Muchos de los empleados de este lugar eran bastante jóvenes, por lo que el ambiente era en general relajado. Se sintió bendecida. 

Llegó más tarde de lo habitual, pero no tan tarde como para preocuparse por perder el último tren, así que Chizuru recogió lentamente sus cosas y salió de la oficina.

Esta vez el ascensor estaba vacío. Cuando llegó al primer piso, Chizuru sacó el paraguas portátil que llevaba en el bolso y miró hacia la entrada.

Allí vio la espalda de un hombre que se paseaba frente a la puerta, apenas fuera del alcance de los sensores de la puerta automática. Miró la lluvia y se encogió de hombros.

 

"¿Karasawa...?"

Chizuru le llamó, y él se giró rápidamente como impulsado por un resorte.

Cuando sus ojos la captaron, su expresión parecía aturdida y un poco embelesada mientras la asimilaba.

Podría haberse despedido y pasar de largo... pero independientemente de sus motivos, él había mostrado preocupación por ella esa mañana, y no le parecía bien abandonarlo.

"¿No tienes paraguas?"

"Ah... se me hizo un poco tarde esta mañana, y por eso tenía prisa. Me olvidé de traer uno"

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La propia Chizuru había llegado tarde al trabajo esta mañana. Había bajado con ella, así que debía llegar más tarde de lo habitual.

Había cinco minutos a pie desde su edificio hasta la estación más cercana. Pasarían por calles muy concurridas con mucha gente, y en la estación había una tienda donde podía comprar un paraguas.

Chizuru sopesó sus buenas intenciones con su propia seguridad y decidió que no era mucho pedir.

"Esto es bastante pequeño, ya que es un paraguas portátil... pero ¿lo compartirías conmigo hasta la estación?"

Karasawa pareció sorprendido ante esta idea.

Hubo una breve pausa antes de responder. Al final, asintió ligeramente con la cabeza y dijo: "Sería estupendo". Y dio un paso más hacia ella.

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