Jueves, 17 de Junio del 2021

Perséfone 9

Llámame Kore

La chica dudó un poco. 

"Oh... ¿El Tártaro da tanto miedo? ¿Hay tantos monstruos ahí abajo? ¿Has visto alguna vez un gigante, Hades?"

"Ni siquiera yo quiero adentrarme en un lugar que es más profundo que el abismo y tiene una oscuridad interminable que ningún dios puede alcanzar. La esencia es que es sólo un pozo profundo. Se ha convertido en un lugar horrible porque está lleno de almas atrapadas. Hace mucho tiempo que se utiliza para limpiar la tierra de sus cosas insípidas"

Era un sentimiento más cínico que antes. La mirada de Hades se posó en la muchacha muda.

Perséfone, con la cabeza agachada y las manos entrelazadas, preguntó: 

"¿Odias a los dioses del Olimpo?"

"¿Conoces mi relación con ellos?"

"Un poco"

"Si fueras tú, ¿qué crees que harías?"

Ella se limitó a encogerse de hombros, ya que no podía imaginar lo que habría hecho.

"No me gustan. Eso es un hecho. Pero no vale la pena odiarlos. Hace mucho tiempo que la tierra y el subsuelo están divididos. Es cierto que si Zeus no causara todo tipo de dolores de cabeza, no tendría mucho que hacer con ellos".

"¿Por qué?"

"Al estar tanto tiempo en este lugar, la tierra y el cielo se han vuelto irrelevantes para mí. A veces, incluso siento más compasión por ellos"

"Ya veo"

Ella asintió mientras reflexionaba sobre lo que él había dicho.

Con la cintura inclinada hacia ella, Hades volvió a su tono cálido inicial.

"Hay algo que quieres decir, ¿no?"

"No, no del todo". Perséfone negó con la cabeza mientras sus labios se apretaban en una sonrisa.

Una sensación de incomodidad anuló su deseo de decir lo que quería decir. Perséfone sabía que Hades se unió una vez a la Titanomaquia y que fue empujado al inframundo por los otros dioses. Mirando hacia atrás, hacía mucho tiempo que la tierra y el subsuelo estaban divididos, y su madre nunca había mostrado afecto por el inframundo, así que lo mismo ocurriría con Hades. ¿Qué pensaría Hades si descubriera que ella era hija de Zeus y Deméter?

"Y ni siquiera pregunté, ¿cómo te llamas?"

Sacudió ligeramente la cabeza por lo tonto que era eso.

"Oh... ¿nombre?" Se señaló con el dedo "¿Mi nombre?"

"Eso es lo que he dicho". Exhaló una carcajada.

"Es N-Niasis"

"¿Niasis?"

"Soy una ninfa del río"

Hades ladeó la cabeza ante su tono desagradable, y luego probó su nombre con la lengua. Perséfone, que había soltado el nombre "Niasis" de improviso, curvó los dedos de los pies.

"Kore". Intervino nerviosa en el profundo pensamiento de Hades.

"¿Kore?"

"Por favor, llámame Kore"

Con las cejas alzadas, Hades se inclinó hacia atrás mientras cruzaba los brazos sobre el pecho. 

"¿Virgen? ¿Quieres que te llamen así?"

"Es mi apodo, pero me gusta más. Mucho mejor que... Niasis"

"Realmente eres especial. Adiviné que por eso molestabas a Caronte"

Hades, todavía dándole vueltas al apodo de Kore, se volvió hacia el lejano río perdido en sus pensamientos. Perséfone desvió la mirada, siguiendo sus acciones para ver qué ocurría, de pronto sintió un débil estruendo proveniente del suelo acompañado de sonidos de animales que rugían en el aire.

"¿Ese ruido viene de allí?"

"Los prisioneros del Tártaro se quejan a menudo". 

Esta supuesta queja era un rugido demasiado generoso. Cuando Perséfone estaba a punto de abrir la boca, Hades, que tenía la mirada fija al otro lado del río, dijo sin miramientos: 

"Es un caos"

"¿Qué está pasando?"

"Niña, ¿no te pregunté por qué vagabas por los límites del inframundo e intenté razonar contigo para que volvieras?"

"Sí, pero..."

"Es hora de que Fobos se levante pronto, así que deberías volver a donde te alojas. No importa donde te escondas, este lugar no te conviene"

"Bueno, ¿entonces nos encontraremos de nuevo la próxima vez?"

Hades, que estaba medio girado hacia ella, dejó escapar una risa baja.

"Vendré a verte de nuevo, Hades"

"No tiene sentido"

"Estaré esperando a que vengas a buscarme"

Tras un momento de silencio, Hades se acercó a ella y se alisó la capa. Los ojos de Perséfone siguieron el movimiento de sus manos mientras su corazón amenazaba con salirse del pecho. Sus manos tiraron de la capa y la anudaron de nuevo. No podía estar más atenta al dios de la muerte que se cernía sobre su cabeza.

"La muerte y la riqueza siguen mis huellas. ¿Sabes por qué están los dos juntos?"

"No lo sé"

"La muerte, una vez capturada, no dejará que se encierre nada en su interior. Lo que hay que temer no es que la muerte venga a ti, sino lo que te quitará"

Ella se limitó a mirar cándidamente al hombre.

"Si eres lo suficientemente inocente como para que nada del inframundo te asuste, sería más apropiado vagar por el paraíso del cielo que por este oscuro abismo"

Con una fina sonrisa pintada en su rostro, Hades le dio una palmadita en la cabeza, sus dedos se detuvieron en su cabello por un largo segundo y volvió a sí mismo; girando su cuerpo hacia las rocas de abajo.

"Si caminas recto en dirección a ese enorme árbol de allí, llegarás a Aquerón. Como vas a volver por donde has venido, puedes encontrar el camino de vuelta"

"Hades, eres realmente como un padre"

Al oír esto, Hades se giró para mirar a la chica con sorpresa.

"No tengo un padre, es decir. Tú eres como una figura paterna. Espero verte pronto. Aunque hayas dicho que no tendría sentido, te estaré esperando"

Hades miró largamente a la muchacha, que no escuchaba una palabra de lo que decía; se dio la vuelta y se dirigió hacia el camino de las rocas. Perséfone miró descaradamente su espalda hasta que se perdió de vista. Su cuello, el lugar donde la muerte la había rozado, estaba caliente.

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