EGDLV 139

Jueves, 10 de Febrero del 2022

El Guía de la Villana 139

A la Santa le gustan los regalos (3)

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'Necesito capturar este momento con un dibujo'

Acerus se apretó el pecho abrumadoramente grande con una mano y se preguntó cómo conservar la escena que se desarrollaba ante él durante mucho tiempo.

Aunque le pidiera a un pintor de talento que dibujara, no confiaba en poder explicarlo bien. Por muy destacados que fueran los pintores, era poco probable que pudieran dibujar correctamente la escena que tenía ante sus ojos. De ser así, debería grabar de algún modo la escena en su cabeza sin que se le escapara ninguna cosa trivial. Pensó que podría ser capaz de memorizarlo todo si se quedaba mirando una y otra vez.

Acerus se acercó más al hueco de la puerta. En el proceso, incluso empujó a Konny, que estaba a su lado.

"Bien por ellos"

Un murmullo impotente se filtró de Acerus.

"¿Por qué mi padre es el Emperador?"

Sí, ¿por qué eres el Príncipe Heredero?

El Príncipe Heredero dijo despreocupadamente algo que fácilmente podría hacer que el Emperador tuviera la presión alta y se derrumbara. Al verlo, Konny se preocupó por primera vez por el futuro del Imperio.

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Tras una larga conversación con Paimon, Lara juzgó que el infierno no estaba lejos. 

En su vida antes de morir, o hasta que Valac ascendió al cuerpo del príncipe Sidhar, para Lara el infierno era sólo un lugar muy lejano y difícil. Era el abismo profundo o el final del reino de los demonios que los humanos no podían atreverse a pisar. Ella creía que esa era la razón por la que incluso un demonio débil como Valac no podía llevar su cuerpo y tenía que pedir prestado el del príncipe Sidhar, y por la que un demonio poderoso como Paimon necesitaría tanto sacrificio, karma y tiempo para ascender. 

Pero no fue así.

"Depende de cuál sea la ofrenda. Parece que los que siguieron a Valac pensaron que podían ofrecer a cualquier humano o bestia... Pero cada demonio del infierno tiene un sacrificio específico que le conviene"

En palabras de Paimon, la ascensión sólo podía lograrse ofreciendo un sacrificio que estuviera relacionado con el demonio.

"Esa fue la razón por la que mis seguidores ofrecieron a los hechiceros elementales que habían desaparecido hace tiempo"

La mayoría de los atributos de poder de Paimon se centraban en la magia. Fue capaz de ascender en esta tierra a expensas de los raros hechiceros elementales.

"Aun así, el reino de los humanos es diferente del infierno, sigue siendo un lugar donde la influencia de los dioses funciona mucho más fuerte. Así que después de venir aquí, no pude usar toda mi fuerza"

Estaba frustrado, como un guerrero que lucha con una mano atada. Paimon refunfuñó, diciendo que no habría perdido fácilmente contra Demian si pudiera usar toda su fuerza como lo hacía en el infierno.

Demian no respondió a sus palabras y sólo esbozó una leve sonrisa. No creyó que valiera la pena replicar.

Lara estaba perdida en sus pensamientos. Hasta que recibió el juramento de obediencia de Paimon, Lara sólo había pensado que el hecho de que Valac fuera su sirviente era un caso único, algo parecido a la suerte superpuesta a la casualidad. Pero al igual que con Valac, incluso Paimon se consideraba su sirviente. Una posibilidad surgió en su mente.

Un demonio se comió a otro demonio para hacerse más fuerte. El trono del señor de los demonios sería ocupado por el más fuerte de ellos. Se decía que Demian estaba destinado a ser el señor de los demonios. Sin embargo, Demian no se comió al demonio que había capturado, sino que lo envolvió bellamente y se lo dio a Lara como regalo.

El primer nombre de Abraxas que descubrió Lara fue el de "Dios del Destino". Además, dijo que tenía un pasado en el que se llamaba 'Dios' y al mismo tiempo se llamaba 'Demonio'.

Los ojos de Lara se hundieron en la oscuridad. Sus ojos escarlata, que eran tenues como una puesta de sol, se pusieron muy rojos por un momento. Sus largas pestañas cayeron como peines. Aunque sólo estaba perdida en sus pensamientos, tenía la ilusión de que el aire a su alrededor se hacía más pesado.

Paimon, que estaba postrado ante Lara, levantó ligeramente la cabeza. Luego, abrió valientemente la boca.

"Santa"

Los ojos de Lara que miraban muy lejos se fijaron de nuevo en Paimon. Este miró a Demian y a Valac una vez antes de preguntar a Lara.

"¿Por qué coleccionas demonios? ¿Es esto... la voluntad de Dios?"

"De ninguna manera"

"¿Perdón?"

"Dios no me obliga a hacer nada. Recibo regalos de él, pero no le doy nada"

"¿Es eso cierto?"

"Es mucho más generoso de lo que crees"

"No puede ser..."

Paimon murmuró que no podía ser. Los dioses que él conocía no eran más que seres aburridos que vivían como esclavos de las leyes que ellos mismos establecían sin ni siquiera una pizca de flexibilidad.

Eran cosas arrogantes que sacarían primero una espada si se les tocaba su orgullo, preferían morir antes que doblegarse. 

¿Cuál es la identidad de esta santa que es favorecida por Dios a pesar de tener demonios como sus sirvientes?

Paimon sentía una sincera curiosidad.   

∘₊✧──────✧₊∘

Anoche se produjo un desastre natural en las afueras de Dandelion. Los amplios caminos y las llanuras fueron excavados de forma horrible y el humo negro seguía saliendo del suelo volcado. La tranquila tierra, que no era más que un descampado, se abrió, dejando al descubierto el subsuelo.

Mucha gente pensó que era un terremoto. Anoche se produjo un gran terremoto en las afueras de Dandelion, que puso el suelo patas arriba. Incluso los que estaban en la ciudad sintieron la vibración, por lo que era natural que las vastas llanuras fueran destruidas. 

Sin embargo, algunas personas cuestionaron esa opinión. ¿Por qué el terremoto sólo ocurrió allí? Esto era más bien un castigo divino. Los terrenos de una aldea estaban volcados y de las grietas salía un humo negro día tras día. Los aldeanos querían mirar dentro de las grietas, pero ni siquiera se atrevían a intentarlo debido al humo y al calor.

El incidente no tardó en llegar a oídos del Emperador, quien dijo que todo era un truco del hechicero negro enviado por la Unión del Este.

Tras el incendio del teatro, ocurrió un desastre en las afueras de la capital. Desde los nobles del Imperio de Estragón hasta el pueblo impotente, los corazones de todos los habitantes de Dandelion hervían de ira.

El pueblo se unió y alzó la voz, diciendo que la Unión del Este debía ser castigada.

¿Cómo se atreven a desafiar la fortaleza del Imperio?

Los nobles hostiles sacaron sus armaduras y armas y los caballeros del Palacio Imperial llamaron a la guerra con una sola voz.

Fue en ese momento cuando apareció la santa. 

Santa Lara, que apareció con la escolta del príncipe heredero Acerus, se quedó un rato mirando las llanuras horriblemente excavadas.

Su amplia túnica y su larga cabellera ondeaban al viento. Aunque su expresión era invisible desde lejos, la gente creía que estaba muy triste. No hace mucho, estuvo a punto de morir a manos de los brujos negros. La santa rara vez mostraba su rostro en público, así que, teniendo en cuenta su personalidad pública, la gente pensaba que había salido porque no podía soportar lo que habían hecho los brujos negros.

Por supuesto, no todo el mundo pensaba así. Seguro que había personas en el mundo que veían cualquier escena de forma diferente porque sus mentes y ojos estaban retorcidos.

"¿Por qué la santa sólo se queda quieta todos los días? Dios le da milagros. Ella sabe lo malos que son los hechiceros negros, ¿por qué se queda quieta como una muñeca?"

"He oído que hace tiempo las santas sanaban a los enfermos con la oración y hacían milagros en lugares donde ocurrían desastres"

Disfrutaban cuando su mirada retorcida llamaba la atención. E incluso si había un simpatizante, se movían para incitar a la mayoría restante.

"¿Alguien ha visto... el milagro que la santa ha causado?"

"El Emperador debe haberlo visto, con los nobles"

"Eh, basta. La santa echó a los sacerdotes malvados y permitió que los sacerdotes volvieran a usar el poder de Dios"

"No sabes de qué estás hablando. ¿Sabes cuánto quería el Emperador acabar con el Templo de la Gloria? Si yo fuera el Emperador, habría hecho una santa y le habría dicho que cambiara el templo primero"

"¿Y si alguien te escucha?"

"El Emperador tiene hechiceros, estoy seguro. Incluso los compatriotas de la Unión del Este viven con hechiceros negros. ¿Realmente tiene sentido que el Emperador no tenga uno? Reflejar un halo en alguien es un juego de niños para él"

"¿Qué? ¿Entonces no es un milagro?"

"Por eso no hay que ser ignorante. Hay que dudar de todo lo que dicen los de arriba y escucharlos al revés"

Sólo había unos pocos que decían, pero a pesar de eso, no significaba que no tuvieran a nadie que se pusiera de su lado.

El número de sacerdotes excomulgados por Lara sólo en Dandelion llegó a los miles. Los sacerdotes aún no podían creer que la riqueza y la fama que nunca habían dudado que fueran suyas se tiraran a la basura por las palabras de una joven que decía ser una santa. Argumentaban que no había ningún Dios en esta tierra, que la santa era una ilusión creada por el Emperador, y que tal vez no fuera sólo la Unión Oriental la que se aliara con los hechiceros negros.

"¿Has oído hablar de ese rumor?"

"¿Qué rumor?"

"En Hautean, Santa..."

Los creyentes excomulgados pensaron que debían hacer caer a la santa para recuperar sus posiciones originales. Cuando los rumores negativos sobre la santa salieron a la luz justo a tiempo, pensaron que era el momento adecuado y comenzaron a añadir palabras. Los susurros eran como los sonidos de las ratas en la cuneta.

A pesar de que lo sabía, Lara permanecía con el rostro tranquilo. A veces incluso escuchaba la palabra "hija reprobada" o "mujer lasciva", pero se limitaba a apretar los labios y esbozar una breve sonrisa. Por el contrario, Acerus, que estaba a su lado, estaba inquieto y se secaba el sudor frío.

"Está bien, Príncipe Heredero Acerus"

"Santa, esos..."

"No te preocupes. Aunque baile con Dios aquí, seguirán murmurando cosas como esa"

"Pero estoy enfadado"

"Tienen que hacer a los demás más sucios que ellos mismos para ocultar su propia suciedad. Aunque sepan que al principio no era así... Más tarde, se lo creerán de verdad. La gente con malos sentimientos realmente cree en sus mentiras. Lo que es realmente malo son los que utilizan a esa gente"

"¿Realmente hay gente así?"

"Hay muchas"

Seguir a ciegas también puede convertirse en un odio ciego. Lara recordaba las caras de los espectadores que gritaban para ofrecerla como sacrificio al demonio en su vida antes de su muerte. Eran todas las personas que cuidaban, amaban y creían en Lara, la falsa santa.

"Realmente no es tan difícil pedir que se restaure esta ruina a su estado original. A Dios le parecerá extraño pero no rechazará mi petición"

"Sí"

"Pero no quiero malgastar el karma que tanto le costó ganar a Demian en esto"

Dijo Lara con firmeza. 

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