Sábado, 24 de Julio del 2021

Efecto Stigma 1

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Yuriel era una chica que fue golpeada en lugar de Raphlet hasta que cumplió catorce años, cuando se fue para unirse a los Caballeros Sagrados como si estuviera huyendo.

'Si dijera que sus lágrimas me excitaron, ¿todavía me llamaría noble?'

Años más tarde, Raphlet, que se había convertido en un hombre, preguntó esto. Durante el día, era tan frío y noble como un santo, pero guardaba una lujuria vulgar escondida en lo más recóndito de su mente.

Yuriel pensó para sí misma, mirando los gruesos copos de nieve que caían desde arriba.

En ese momento, ¿Cómo le respondió a Raphlet?

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Yuriel abordó el tren que se dirigía a la capital imperial, donde se encontraba la Orden de los Santos Caballeros de Albraca, y miró nerviosamente a su alrededor en busca de su asiento designado escrito en el boleto.

A diferencia de aquellos que tomaron el tren como si fuera una segunda naturaleza para ellos, era la primera vez que Yuriel viajaba en tren y la primera vez que abandonaba la mansión Mogris.

Todo fue increíble, pero ella no estaba en la mentalidad de mirar a su alrededor y observar todo uno por uno.

Yuriel se sentó y dejó escapar un suspiro. Una pequeña bolsa de equipaje era su única compañera.

Abrió el periódico que tenía en la mano. Se lo había comprado antes a un niño que corría afanosamente por la estación de tren.

Los ojos verdes de Yuriel escanearon ansiosamente las palabras.

En la primera página, las grandes letras que anunciaban la noticia especial hicieron que su mente se sintiera abarrotada.

Sus ojos se agrandaron ante la noticia. Aunque el artículo excluyó el tema, fue más impactante y triste que cualquier otra noticia para Yuriel.

Se espera que el comandante de la 1ra división de los Caballeros de Albraca, Raphlet Mogris, enfrente dificultades debido a las lesiones causadas por la supresión de monstruos…

Esta fue la razón por la que Yuriel dejó la finca del Gran Duque Mogris, donde había vivido toda su vida.

La lesión del comandante de la 1° División del Caballero de Albraca, Raphlet Mogris.

Ante la noticia que había escuchado anoche, Yuriel decidió sin demora abandonar la mansión y dirigirse a la capital. Fue porque se dio cuenta de lo inútil que era esperar a que regresara Raphlet.

"He estado esperando durante siete años"

Murmuró, mordiéndose los labios.

Sus manos, que eran tan hermosas que costaba creer que pertenecieran a un sirviente, arrugaron el periódico.

Yuriel había sido salvado por la mano de Raphlet. Al rescatarla, una plebeya sin antecedentes de los que hablar, el cuerpo de Raphlet fue tallado con una gran cicatriz que no era adecuada para el heredero del Gran Duque.

Raphlet no solo salvó a Yuriel, una niña que tenía menos de diez años en ese momento, sino que también le creó un trabajo.

La criada personal de Raphlet. Ese fue el primer trabajo de Yuriel.

Aunque su título era de sirvienta, la única responsabilidad de Yuriel era ser la compañera de Raphlet, alguien con quien pudiera hablar. Él la cuidó.

Más tarde, ella comenzó a asistir y observar sus clases y fue golpeada en su lugar, pero estuvo bien.

Yuriel estaba bajo la protección de Raphlet. Ella era plenamente consciente de cuánto se estaba beneficiando de ello.

Se había atrevido a suponer que más tarde, cuando Raphlet se convirtiera en Gran Duque, se casara y tuviera hijos, ella aún podría estar a su lado y ayudarlo.

Pero esa convicción se hizo añicos cuando Raphlet se unió a los Caballeros Santos de Albraca.

La División de Caballeros de Albraca era una colección de hombres extremadamente cerrada y noble que no aceptaba nuevas solicitudes de nadie mayor de catorce años.

Lideraron la vanguardia de la fuerza de subyugación de monstruos en el nombre de Dios. Con un sentido de fe y espíritu que era más pesado que la armadura negra que protegía sus cuerpos, los caballeros santos atravesaron monstruos malvados y protegieron a los débiles.

Quienes se unieron a la orden tuvieron que comprometerse a renunciar a todo en la sociedad secular, y Raphlet Mogris renunció a su puesto de heredero del título de Gran Duque sin dudarlo.

"Dijiste que vendrías a buscarme ..."

Yuriel enterró su rostro en el periódico y murmuró.

Mientras tiraba todo, Raphlet le había dicho a Yuriel que definitivamente regresaría por ella.

'Cuando sea un poco más maduro ... Cuando sea capaz de controlarme, iré a buscarte. Entonces, espera hasta entonces, Yuriel. Es peligroso ahí fuera, así que no vayas a ningún lado y esperes en la mansión Mogris, donde es seguro'

Todavía podía recordar su toque con claridad, cómo la consoló mientras le tomaba las manos con torpeza. Yuriel todavía no podía entender lo que Raphlet, que siempre había sido tranquilo y racional, había dicho.

Yuriel era la imprudente, la que siempre estaba corriendo salvajemente, y Raphlet era la tranquila que siempre la cuidaba y escuchaba sus historias.

'¿Qué tan abrumador era cuando los ojos de color dorado, que eran tranquilos y tranquilizadores, la miraban con afecto?'

La madurez y el autocontrol eran virtudes que ella necesitaba más que él.

Yuriel contuvo las lágrimas y respiró hondo.

Tan pronto como respiró hondo, el silbato de vapor sonó con fuerza. Poco después, el tren que transportaba a todos los pasajeros comenzó a moverse.

El Gran Ducado de Mogris, donde había pasado mucho tiempo, comenzó a alejarse lentamente, luego rápidamente. Yuriel tocó la ventana y miró detenidamente el paisaje que pasaba.

Fue el lugar donde nació Raphlet y donde compartió su infancia con él.

Para Yuriel, era el segundo lugar más preciado después de estar al lado de Raphlet.

Abrazó su equipaje y negó con la cabeza. Para Yuriel, que se había quedado despierta toda la noche, el ruido regular del tren tenía un poder similar al de una canción de cuna.

"No debería irme a dormir ..."

Fue su primer viaje.

Recordó las advertencias de personas preocupadas por su partida, predicando sobre los peligros de viajar y quedarse dormido. Cuando se despierte, su equipaje podría haber desaparecido, la billetera con dinero podría haber desaparecido o podría terminar abriendo los ojos en un lugar aterrador que nunca antes había visto.

Sacudió la cabeza y se pellizcó el muslo varias veces, pero era imposible como humana luchar contra la creciente somnolencia.

Al final, Yuriel bajó la cabeza y se quedó dormida.

◈❖◈

Yuriel abrió los ojos, sintiéndose congestionada. Podía escuchar un ruido metálico por encima de su cabeza.

"Eup"

Abrió los ojos, pero no podía ver nada para juzgar dónde podía estar. La fina corriente de luz que entraba entre la tela que rozaba sus pestañas era la única vista que Yuriel podía ver.

Temeroso de esta situación desconocida, el cuerpo de Yuriel se sacudió. Rebotando, sintió una suave ropa de cama alrededor de su cuerpo y negó con la cabeza.

"¡Uh, um ...!"

Una inquietud que Yuriel nunca antes había sentido se la tragó. Comenzó a tratar de girar su cuerpo cuando, de repente, la mano de alguien presionó suavemente su muñeca.

Los dedos de quien sostenía sus dos muñecas en una mano eran ásperos. Yuriel apretó los dientes ante el toque escalofriante y trató de comprender la situación en la que se encontraba.

Su boca estaba amordazada y su muñeca estaba atada por una persona cuya identidad ni siquiera conocía. No importa en qué dirección pienses, solo hubo una conclusión.

'Alguien alguien…'

No pudo terminar su pensamiento. La tela que cubría sus ojos se humedeció con sus lágrimas. No podía respirar correctamente con una mordaza en la boca, y la persona no identificada silenciosamente le quitó la mano que había presionado contra su muñeca.

Lentamente, desenvolvieron la tela que cubría los ojos de Yuriel.

“… ¿Cuántas veces te he advertido? Te dije que regresaras antes de que te metas en problemas y que todavía no puedo controlarme. El que ignoró mi advertencia eres tú, Yuriel "

"¿.....?"

Yuriel, que entrecerró los ojos ante la luz repentina, parpadeó confusamente ante las palabras del hombre. Parecía que estaba insinuando que ella había estado rondando a su alrededor por un tiempo.

El hombre continuó murmurando, tocando la mordaza que había estado bloqueando su boca.

“Me encantaría sacarte la mordaza, pero… no sé qué haré si escucho tu grito ahora. Será mejor que te quedes con esto"

La figura del hombre que lo dijo comenzó a reflejarse claramente en los ojos de Yuriel.

Podía ver el cabello negro desordenado y un rostro frío sin una sonrisa. Era un hombre apuesto, de nariz recta y barbilla firme. Era tan guapo hasta el punto que se sentía irreal.

Yuriel miró fijamente los labios del hombre antes de mover su mirada ligeramente hacia arriba.

"Hic"

Cuando sus ojos se encontraron, Yuriel de repente se encontró incapaz de respirar. Ella se puso rígida después de una respiración rápida y sus ojos reflejaban claramente los brillantes ojos dorados del hombre.

'¿Raphlet?'

El pecho duro y los hombros gruesos que se veían a través de su cuello suelto eran desconocidos, pero esos ojos dorados eran sin lugar a dudas los de Raphlet.

"Yuriel, respira"

"Huu, euk ..."

Sorprendida por la inesperada identidad del hombre, Yuriel había dejado de respirar.

Raphlet se apresuró a agarrar la barbilla de Yuriel y la instó a respirar. Levantó y apoyó la parte de atrás de su cabeza para que fuera más fácil para ella y la miró a los ojos.

"Yuriel, vamos"

Su voz hizo que Yuriel recuperara el aliento sin saberlo.

Una vez que la vio respirar lentamente, bajó la cabeza constantemente.

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