DHSLV 42

Sábado, 03 de Abril del 2021

De hecho, soy la verdadera 42

Keira estaba preocupada.

'¿Debería haber fingido que lo pensaba?'

Era noble tomarse tiempo para considerar todas las ofertas, incluso las menos deseadas.

Se sintió avergonzada porque tenía la sensación de haberse anticipado. Para colmo, ahora se aferraba con fuerza a las manos de Joseph como si fueran sus salvavidas.

Cuando se dio cuenta de ese hecho, dio un rápido paso atrás.

Keira: "Uy"

Tosió y controló su expresión facial.

Keira: "Estaba preocupada porque le había pasado algo a la persona que se suponía que era mi compañero. Es un buen momento, ¿no?"

Joseph: "¿Es así?"

El que se suponía que era su compañero debía ser la serpiente rubia.

Joseph se preguntó si ella sabía si la serpiente iba a ir a la fiesta o no.

La operación sería más eficiente si se descubría que había mentido.

Keira: "¿Pero eso era todo lo que necesitabas?"

Joseph: "Sí"

Hubo un profundo silencio. Es lo que se esperaba cuando alguien con 0 habilidades de sociabilidad y +1 habilidades de sociabilidad estaban juntos.

Joseph: "Bueno, me disculpo entonces. ¿Ese vestido azul marino de ahí es para el baile?"

Keira: "Sí"

Joseph: "Entonces, me prepararé en consecuencia"

Keira: "Te lo agradecería"

Keira trató de no mostrar lo contenta que estaba y le acompañó al pasillo.

En cuanto la puerta se cerró por completo, apretó los puños y se animó. Se sintió aliviada de poder evitar convertirse en la alhelí del baile.

Al momento siguiente, cerró la boca de inmediato.

'¿Me ha oído?'

Los caballeros que trabajaban con el maná eran más sensibles que el resto de la gente. Por muy buena que fuera la insonorización de la casa, a los caballeros como Sir Joseph no les costaría oír a través de una puerta.

'Tal vez pensó que estaba siendo frívola...'

No sabía si sería lo mismo si Rose la viera, pero se avergüenza al pensar que Joseph sabía que estaba saltando de emoción.

'Si nos acercamos, entonces definitivamente...'

Ella esperaba que pudieran salir con Arthur o Reina.

Ella asintió, aferrándose a la imaginación esperanzada.

Contrariamente a sus preocupaciones, Joseph no escuchó nada.

Estaba distraído.

Keira: "Lo dices en serio, ¿verdad?"

Ella le cogió la mano y sonrió con alegría.

Estiró la mano y la apretó de nuevo. Se sintió extraño.

Últimamente, la señora parecía haber cambiado.

Sonreía con "esa" mirada.

En el pasado, pensó que habría sido más posible que el sol saliera por el oeste.

'...Como dijo el Sir Raúl, ¿es el poder del amor?'

Si la razón por la que la dama cambió fue por la serpiente...

Se vio envuelto en una emoción desconocida. No sabía si el sentimiento era agradable o no.

En ese momento, una criada se acercó.

Rose: "¿Ha terminado su asunto con la señora?"

Giró la cabeza y vio a la mujer. ¿Dijeron que se llamaba Rose?

Recordó que era una criada que siempre seguía a la señora.

Joseph: "¿Qué es lo que pasa?"

Rose: "Si has terminado con tus asuntos, me gustaría que te movieras..."

Joseph: "Ah"

Sólo entonces Joseph se dio cuenta de que seguía de pie frente a la puerta.

Joseph: "Lo siento"

Rose: "Ni lo menciones"

Joseph oyó que la puerta se cerraba a sus espaldas. Miró hacia atrás para ver la puerta cerrada y se volvió.

Ciertamente, en los últimos tiempos, la señora parecía convertirse en una persona diferente cada día.

La sorpresa que sintió fue similar a la que tuvo durante las pruebas de la Caballería con los nuevos reclutas.

"..."

Joseph recordó cuando Keira le agarró las manos.

La dama ha cambiado.

Cuando una persona que antes era tan fría ahora reía alegremente no era un mal cambio.

Sin darse cuenta, se le dibujó una leve sonrisa en la cara.

Pero fue entonces cuando escuchó una voz conocida.

Ludwig: "Por alguna razón, no te das cuenta de que vengo hacia aquí"

Joseph levantó la cabeza.

Joseph: "Oh, señor. ¿Cuándo has venido?"

Cinco pasos por delante, el Gran Duque se acercaba.

Si no estuviera distraído, seguramente habría notado su llegada.

Ludwig: "Justo ahora. ¿En qué más estabas pensando? Parece que estás de buen humor"

Joseph, fiel caballero, respondió con sinceridad a las preguntas del señor.

Joseph: "La dama parecía estar cambiando de buena manera"

Parecía que no era el único que sentía que Keira estaba cambiando.

Ludwig: "Cambiando de buena manera, eh..."

Y a los ojos de los demás, era un buen cambio.

Ludwig se rió amargamente.

Sí, no podía negar el hecho de que era algo bueno, un cambio que siempre había esperado.

Era mejor así que ser requerido por un afecto que no podía dar.

Desde su punto de vista, no habría sentimientos de culpa, y desde el punto de vista de Keira, ella podría ahorrar sus esfuerzos.

Joseph: "¿Pero qué le trae por aquí?"

Ludwig: "He venido a ver a la señora"

Joseph: "Se lo haré saber"

Joseph llama en su nombre y anuncia la visita del Gran Duque.

Poco después, la sorprendida criada abre la puerta.

Mirando a la criada que se ve a través de la puerta, Ludwig pensó.

Si hubiera sido como antes, ella misma habría salido corriendo

Realmente parecía haber cambiado.

Era la primera vez que Ludwig entraba en la habitación de su hija. Echó un vistazo a la extraña habitación y encontró a su hija sentada en una mesa junto a la ventana.

Como era de esperar, parecía bastante sorprendida.

Pensaba que era imposible que Ludwig llegara a su habitación en persona.

Keira: "¿Su Excelencia...?"

Cuando él la vio con cara de querer preguntar por qué estaba aquí, le respondió con una excusa.

Ludwig: "He recibido una factura de la administración de tráfico. He venido a preguntar por eso"

Keira: "Has llegado antes de lo que pensaba. Siéntese por aquí, por favor"

La criada acercó la silla y ofreció al Gran Duque un asiento. Con voz nerviosa, preguntó.

Lira: "¿Desea un poco de té?"

Ludwig: "No tardará mucho, así que está bien"

Lira: "Bueno, entonces, ¡qué...!"

La fría mirada de Ludwig se dirigió a Lira, que no fue capaz de terminar lo que estaba diciendo.

Su rostro se volvió blanco.

Mirándolos, Keira pensó.

'No puede ser... Yo no me he comportado así con las criadas antes, ¿verdad?'

'¿Eran realmente tan fríos?'

Supuso que era cierto, ya que Lira, la actual destinataria de la gélida mirada del duque, parecía a punto de desmayarse.

'Reflexionemos'

Ella era la que pensaba que debía ser un noble digno como su padre.

No había ninguna garantía de que no se comportara así.

Ahora, ella entendía por qué las doncellas charlatanas una vez huyeron.

Kiera: "Lira, quédate fuera un rato"

Lira: "¡Si!"

Lira y Miranda se apresuraron a cerrar la puerta.

Hubo un momento de silencio en el que sólo quedaron Ludwig y Keira en la habitación.

'...¿Debería haber pedido un té?'

Estaba un poco nerviosa porque era la primera vez que se encontraba en una situación así.

No podía creer que tuviera una reunión privada con su padre en su habitación.

Keira: "¿Es alto el costo? Pensé que no sería demasiado caro si sólo era un alquiler de un día..."

Ludwig dijo una vez que la integridad y la frugalidad no eran obligatorias.

'Así que podría enfadarse conmigo por gastar dinero en cosas inútiles'

Un papel doblado se colocó delante de Keira.

Keira: "¿Esto es?"

Ludwig: "Es la factura"

Cuando lo desdobló, una pulcra caligrafía escribió sobre la factura.

'¿No ha costado tanto?'

Si los demás oyeran lo que Keira estaba pensando, probablemente se preguntarían si estaba bromeando.

Keira: "Está mal que gaste dinero en asuntos personales y lo cargue a la familia. Lo pagaré con mis fondos privados"

Ludwig: "El dinero no es la cuestión. Ya que lo pago yo, necesito saber la razón por la que se alquiló la aeronave"

¿Así que ha venido hasta aquí para preguntar por qué?

Keira: "Podrías haberme llamado a la oficina para ese asunto. Creía que habías venido a regañarme"

Ludwig: "¿Crees que has respondido rápidamente a mi llamada estos días?"

Keira: "Um..."

No tenía ninguna excusa que poner porque no tenía muchas excusas o realmente se había olvidado y llegaba tarde.

Keira: "Lo siento"

Ludwig: "No estoy tratando de discutir sobre eso. Al parecer, hay un hombre con el que estás saliendo y vengo a preguntarte si está relacionado con eso"

"..."

No tenía ni idea de cómo había llegado a los oídos del Gran Duque, pero hubo algo más que sorprendió a Keira.

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